Opinión
Vida Diaria
Rosa Elena González
18/01/18
Los buenos, los malos y los peores
Para los seguidores de JOSÉ ANTONIO MEADE él es el bueno, para sus adversarios es el malo y para otros de lo peor.
Igual sucede con RICARDO ANAYA para muchos es el mejor y quienes no quieren que llegue a dirigir los destinos del país no es el bueno.
Y qué decir de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR que para muchos mexicanos, incluso hijos de la mafia del poder que se sumaron a su causa, su proyecto es el ganador porque es el mejor aunque se diga que el PEJE es un peligro para México y ahora más porque trae una buena cantidad de malos adheridos, porque no nos va a decir que todos los priístas y panistas que se le unieron son de lo mejor, igual y son de lo peor.
Depende del color del cristal con que se vea a presidenciables es el término que se les acomoda, unos y otros se califican.
Mientras tanto el pueblo mexicano, con tantas porras para unos y desacreditaciones para otros, ya no alcanza a distinguir quienes son los buenos, los malos o los peores, a final de cuentas parece todos están igual y no hay a cual irle.
Aún así los presidenciables siguen con su misma canción, que si son los mejores, honestos, preocupados por la nación y distintos a todos los proyectos anteriores.
Todavía no inicia la campaña y ya al pueblo mexicano no le queda de otra que verlos y escucharlos aunque en los promocionales aparezcan unas letritas minúsculas que desaparecen en segundos donde dice que son mensajes dirigidos a su militancia.
Como si tuvieran la verdad en sus palabras, cada precandidato y sus seguidores nos aseguran que con ellos tendremos un mejor país, siempre es el mismo cuento.
Lo peor para el pueblo mexicano es que no solo se ven los buenos, malos y peores políticos en los procesos electorales sino que lastimosamente nuestros destinos dependen de las decisiones de quienes imponen sus leyes y juegan a la política, esa es la vida real, donde los políticos buenos son contaditos y los malos se dan por montones.
En fin, lo cierto es que a estas alturas del partido es difícil distinguir quienes son los buenos y quienes son los malos o los peores.
Más triste la situación es que por lo general si son buenos, malos o peores nos damos cuenta hasta después de que asumen el poder que es cuando siempre nos quedan a deber.
Quizá ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR no sea el peligro para México, tal vez JOSÉ ANTONIO MEADE no sea tan tibio a la hora de tomar decisiones para la nación, igual no se sabe si RICARDO ANAYA pueda ser el joven que cambie el rumbo del país, hoy los tres tienen calificaciones similares andan entre buenos, malos y peores.