Opinión


Vida Diaria


Rosa Elena González

9/03/17

El que a hierro mata a hierro muere…

Dicen que no es bueno apostarle mucho a la buena suerte porque hay ocasiones en la que decide abandonarte, que todo lo malo que hayas hecho se te revertirá porque el que a hierro mata a hierro muere.
Confiar demasiado en su buena suerte, más una buena dosis de ambición y corrupción, es lo que hoy tienen a JUAN ANDRÉS DÍAZ a un paso de la cárcel.
La suerte está echada para el ex alcalde de Tula, Tamaulipas, todo indica que esta vez los dados no caerán a su favor.
Son más de 7 millones de pesos no comprobados, de entrada serán los que harán que la suerte de JUAN ANDRÉS deje de sonreírle, pues se presume que en lugar de aplicarlos en obras los desapareció como mago.
Lo peor para los oriundos de Tula es que mientras no se compruebe ese dinero las instituciones federales no soltarán un peso para ese municipio y, como siempre, quienes pagarán las consecuencias de la ambición de DÍAZ será la gente que gobernó.
JUAN DÍAZ no midió las consecuencias, quizá pensó que el PRI ganaría o que él dejaría a su esposa como alcaldesa para cubrir los faltantes de las arcas municipales y continuar con el negocio, porque para el ex alcalde, más que dirigir los destinos de su pueblo, la presidencia fue su gran negocio.
Dirá usted, pero si ya sabían cómo era para qué lo elegían, la verdad ya lo conocían bien los tultecos, la primera vez que fue alcalde fue señalado por gastar grandes sumas del erario municipal en Estados Unidos, pero bueno eso es pecata minuta, los grandes negocios los realizaba ahí en Tula y, sí, tiene razón, ese es otro de los pecaditos del PRI, postular a personajes corruptos.
Una verdad es que el pueblo de TULA no eligió a su ex alcalde, recordemos que habitantes de ese municipio hasta cerraron la carretera en protesta por un supuesto fraude electoral, claro, la autoridad competente le favoreció pero la gente se inconformó, JUAN DÍAZ no era el presidente de las mayorías.
No es sólo que RENÉ LARA y SAÚL MUÑOZ sean enemigos políticos de JUAN ANDRÉS y se crea que ellos también le están haciendo ruido, DÍAZ abusó de la confianza de las autoridades estatales del pasado y se vengó de los habitantes de Tula por no hacerle ganar como él quería, así es que prefirió desaparecer el dinero en lugar de aplicarlo en los rubros donde tenía que ejercerse.
En días pasados JUAN ANDRÉS y sus colaboradores cercanos subieron a las redes sociales fotografías donde aparece acompañado de próceres priístas estatales y nacionales como queriendo dar la impresión que serán ellos quienes le apoyarán para que no vaya a prisión pero la verdad es que si el PRI quiere su imagen cambiar tendrá que sacudirse a los corruptos, bueno, no a todos porque se quedaría prácticamente solo, pero sí a los que están más señalados, en este caso, acá en Tamaulipas se cree que pueden sacrificar a JUAN DÍAZ para que otros con pecados más grandes, del tamaño de los presupuestos que manejaron, no sean tocados.
Documentado está el fraude que DÍAZ hizo con recursos de la SEDATU, al cambiar el color de la administración el expediente se movió y comenzó el proceso, oriundos de Tula hablan de despojo de propiedades a gente humilde y gastar grandes cantidades de dinero del erario público para promocionar a su mujer entre otras linduras por las que JUAN ANDRÉS también tendría que ser llamado a cuentas.
En fin, la situación es que JUAN ANDRÉS es otra piedrita para el PRI, dirán muchos que es sólo una rayita más al tigre pero cuenta mucho.
DÍAZ le apostó a su suerte, abusó del poder, desapareció recursos federales, dejó sin obras a la gente de Tula, fue su venganza por el desprecio que le manifestaron en las urnas, porque no tuvo una buena cosecha de votos, pero la vida y política le da un revés, le exhiben fraude dejándolo con un pie en la cárcel.
Bien dice el refranero popular, de esta vida nadie se va sin sus culpas pagar y que el que a hierro mata a hierro muere.

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