Rosa Elena González
7/01/16
Ángel o demonio…
Seguramente el título, Ángel o demonio, inmediatamente lo llevó a imaginar que se trata de uno u otro aspirante a gobernador, si, de esos que hoy dicen serán los ángeles guardianes de la ciudadanía pero que es un hecho apenas lleguen al poder se convertirán en verdaderos demonios capaces de vender a su pueblo al mejor postor.
La verdad muchos de los que hoy se dibujan hasta sonrisa angelical para ganarse el afecto de la ciudadanía en realidad son el diablo personificado, eso mucha gente lo sabe y es la razón por la que la frase de Ángel o Demonio inmediatamente se la ciñeron dos o tres aspirantes a gobernador, alcalde o diputado local.
El color del demonio es lo de menos, igual puede ser rojo infierno, que azul azufre o naranja endiablado, todos se mueven atizándole al fuego, tratando de calcinar los deseos de sus adversarios aunque sean hijos del mismo diablo, vistan los mismos ropajes y le recen al mismo Satanás.
Pero bueno, de esos demonios que hoy andan desatados tratando de venderse como ángeles ya le hablaremos en otra ocasión, hoy el espacio se lo dedicamos a esos ángeles vestidos de blanco con título de enfermeras o enfermeros.
Ayer 6 de enero fue el Día de las Enfermeras, de esos ángeles guardianes que ayudan a preservar la vida y a quienes en algunas ocasiones se les ha satanizado.
Cierto, hay de enfermeras a enfermeras, y esa es la razón por la que a esos Ángeles les llaman demonios que cambian de actitud de acuerdo a las condiciones del paciente y el sitio donde se encuentren.
Muchas veces se han encontrado en clínicas privadas a enfermeras que igual trabajan en instituciones hospitalarias públicas y su actitud es una en un lugar y otra muy distinta en otro, lamentablemente, pero por lo general son personas comprometidas con su profesión, la salud y vida de sus pacientes.
Para llegar a este mundo requerimos del apoyo de un ángel vestido de blanco, enfermeras, claro aparte de los médicos que nos atienden, durante toda nuestra vida, de una manera u otra, tenemos contacto con enfermeras y esa es una bendición.
Razón por la que se debe valorar su trabajo, labor que muchas veces es incomprendida porque también son seres humanos que se cansan y estar en contacto con tanto dolor a veces deshumaniza un poco o lleva a perder la paciencia, pero no por eso son demonios.
Vaya pues nuestro reconocimiento y gratitud para todos los Ángeles vestidos de blanco que dignifican su trabajo, que con responsabilidad, sensibilidad y humanismo nos auxilian en los momentos más difíciles de nuestras vidas.
A las enfermeras y enfermeros que son parte de la vida misma de la sociedad, MUCHAS GRACIAS por existir.