Rafael Loret de Mola
09/04/2017
*Puntos de no Inflexión
Las campañas electorales, al contrario de lo que debería suponerse, sacan lo peor de cada uno de nosotros incluyendo el profundo rencor acumulado y la desconfianza no sólo hacia los candidatos y partidos sino igualmente contra los comunicadores y los demás grupos llamados “de presión” con los empresarios y militares a la cabeza. A veces he escuchado que los narcotraficantes, cuando menos, actúan como son y no con hipocresías en una apología tan trastornada como la de quienes por proteger a los animales procuran su extinción con tal de llevar agua a sus verdes e inmaduras heredades.
Es sorprendente lo bien que se hilvanan las frases manipuladoras, la rapidez con la que se responde con lugares comunes a las preocupaciones de una población aturdida por la reiteración de las mentiras y la forma en que se pronuncian para impresionar a un conglomerado que asiente, tolera y hasta acepta la oratoria repelente para luego a ir a envolverse dentro de la realidad que nadie se atrevió a analizar. Por un momento, a lo largo de un mitin, cada aspirante pretende que aceptemos vivir en el paraíso o insistir en que podemos recuperarlo si optamos por la dividida y divagante oposición. Pero también es cierto quienes preguntan si es o no responsable anular el voto; bueno, cuando menos es un derecho que cada quien debe resolver en absoluta libertad si no siente confianza alguna en ninguno de los aspirantes que aparecen en las boletas. ¿O alguien nos obliga a sufragar por un emblema específico o un independiente desconocido bajo la amenaza de que si no lo hace destruye al país? Por favor, seamos sensatos.
Insisto, por ejemplo, en que la (i) legitimidad del mandato presidencial no comienza y termina en la expresión de las urnas sino que se prolonga a cada uno de los actos de su gobierno. Así es la democracia cuando se acepta que los mandantes son el conjunto de mexicanos capaces de exigir rumbo y definiciones por encima de los propósitos de la cerrada elite del poder. Pero, por desgracia, las filtraciones son tantas que discutimos por nimiedades, descalificamos como si de un deporte se tratara y asumimos, con soberbia, que no hay NADIE con capacidad para liderar a este país convulso. Una cosa es que no los hayamos encontrado, refugiados algunos en su ensimismamiento, y otra muy distinta la evidencia sobre la multitud de talentos muy superiores a los de cuantos han llegado al poder en los últimos sexenios: fox, el ególatra; calderón, el mediocre blindado; peña nieto, el títere sin cerebro salvo para las funciones íntimas propias. Ni siquiera sabemos que calderón, al llegar a la Presidencia, tenía menor edad -44 años-, que el joven y radiante, además de mediático señor peña quien arribó con 46 años, cinco más de los que tenía el deplorable magnicida carlos salinas quien contaba con 41 al rendir la protesta de ley. De esta breve comparación surge, desde luego, una nueva confusión colectiva para demostrar la pobreza del análisis general antes de emitir el sufragio.
¿O vamos a observar, sin detenernos, los cientos, miles, de comerciales proselitistas enfrascándonos en una lucha brutal con nuestra propia conciencia al reconocer que no podemos soportar las hipocresías que nos constan ni los mensajes ayunos de contenidos? Es un alud absolutamente inútil. Sencillamente, los televidentes y radioescuchas ni siquiera se molestan en prestarles atención a los mensajes rebosantes de descalificaciones hacia los adversarios y de falsos seguros de garantía basados en la falsa presencia de los inmaculados abanderados. Todos son un dechado de virtudes; de ser así, ¿por qué estamos tan mal?
Hice la misma pregunta hace unos días y hubo quien, maestra de la Universidad Anáhuac, aseguró que NO estábamos en una condición tan mala como se divulgaba “para vender periódicos”, La misma diatriba de siempre: si se callan las cosas, los dineros del maridaje con el poder salen a relucir; si se habla es porque los escándalos son una buena oferta para el morbo público. Quisieran tales personajes, los defensores del gobierno indefendible –es un sarcasmo, claro-, que los periódicos sólo publicaran tiras cómicas y que los informadores nos remitiéramos a cubrir las representaciones de los circos SIN animales, porque así lo quieren los verdes, los más desprestigiados del planeta de los simios políticos.
En otros tiempos, la corrupción no había alcanzado estas dimensiones. ¿Y saben por qué? Sencillo: vivíamos bajo el ominoso oprobio de una dictadura disfrazada, es cierto, pero con únicamente un presidente en condición de supremo hacedor. Y ahora al nefasto presidencialismo autoritario se une la partidocracia chantajista cuya única intención NO es servir a la ciudadanía sino alcanzar cargos que les permitan medrar con el erario público, cada vez más reducido y el peligro de quedar en el nivel cero, sin crecimiento alguno, como efecto de la crisis que se nos viene encima. ¿No estamos tan mal? ¡Falacias de vividores!
Bueno, a estas alturas, ya hay quien se permite elogiar a calderón –y no son pocos- a partir de su histriónico viaje en clase turista en un avión repleto en el que sólo faltaba de cubrir un asiento: precisamente el del pasajero que debió sentarse en la ventanilla junto al ex mandatario que se situó en el pasillo para que nadie dejara de observarlo. ¡Una propaganda subliminal, sin duda, a favor, en esos días, de su hermanita, la candidata repetidora a gobernadora de Michoacán quien volvió a morder el polvo de la derrota! Las cuotas en el PAN son siempre nepotistas.
Pero, además, se dice que no hubo problemas económicos durante su gestión. ¿Memoria, dónde estás? Es necesario refrescar las neuronas para situarnos en 2008, el año trágico para calderón, cuando la crisis recesiva mundial lo tomó desprevenido, permitió el saqueo de dólares por parte de los bancos hispanos que no tuvieron empacho en reconocer a sus filiales de México como sus salvadoras, y finalmente dejó a México en una situación de tal penuria que fue el ÚLTIMO PAÍS de Latinoamérica en recuperarse del tifón financiero. Mientras tanto, en el camino e perdieron empleos y aumentó la oferta de sicarios y soldados para guerrear entre sí en las batallas más sangrientas e inútiles de la historia: tras 170 mil muertos –incluyendo los del peñismo-, no se ha reducido la exportación de drogas a los Estados Unidos ¡un solo gramo! Pero la sangre sigue fluyendo… y extrañamente no salpica a calderón. Habríamos de preguntarnos por qué.
Por ello no faltaron quienes apostaron por Margarita, la consorte de “jelipe” como ella le llama, para inscribirla como precandidata presidencial del PAN siguiendo el “síndrome Hillary”. Listo. Borrón y cuenta nueva. Ni quien se acuerde de los bebés calcinados de Hermosillo en una guardería, la ABC, administrada por sus parientes y socios. ¡Y ni siquiera la han investigado por eso! Todo queda entre ella, su marido y el entonces director del IMSS, quien firmó las concesiones –para instalar en un almacén las cunas-, Juan Molinar Horcasitas, ya extinto.
Y lo señalan como un buen presidente acaso porque la comparación con el actual, el señor peña, resulta mucho peor para los establos priístas que optan, mejor, por callarse y no hacer ya conexiones “con el pasado” porque el presente ha rebasado todos los niveles, insisto, de corrupción y negligencia conocidos. Para desgracia de ustedes, amables lectores, tengo que hacer el papel de abogado del diablo para darle horizonte y espacio a nuestra memoria. Es como una suerte de tarea sucia, muy ingrata y desgastante, que ponen en duda siempre quienes no quieren dar sus brazos a torcer y se oponen a cualquier cuestionamiento que desnude a sus iconos. ¡Lo padezco en cada época electoral!
Pocos saben que los equipos de hackers más eficaces se sitúan en las oficinas de Los Pinos y en los cuarteles de Andrés Manuel, muy dedicado a ellos porque quiere borrar del panorama a sus cuestionadores. Los primeros suelen utilizar la fuerza para desaparecer o matar; el segundo, sólo intenta desprestigiar a quienes no piensan como él. Y en medio, una derecha estropeada, sin rumbo, rebosante de nepotismo, propensa a corromperse siguiendo los viejos vicios del priísmo y, para colmo, bastante hipócrita en cuanto a sus acentos clericales.
Por eso, claro, no puedo negar que es un derecho anular el voto. Quizá no sea lo mejor, pero en libertad cada quien debe resolver lo propio sin amenazas de nadie ni desconsideradas presiones de los que tienen interés en captar sufragios para su causa.
Mirador
Una de las condiciones más acusadas en la derecha, esparcida por el mundo entero, es el énfasis que pone en la conducción democrática para luego caer en la intransigencia absurda, sin más diálogos que los convenientes para su causa y en contra, tantas veces, de una mayoría no consensuada, ni siquiera tomada en cuenta, como si sólo existiese el reducido “petí comité” de los mandantes, no mandatarios dispuestos a obedecer a esa utopía de la soberanía popular.
Hace años, el centroderechista francés, Nicolás Sarkozy, en su fracasada campaña reeleccionista, se sirvió de los torpes errores de los “socialistas” españoles –eficaces y empeñosos protectores de los consorcios empresariales de su país, por cierto-, en materia financiera, para argüir que sólo la continuidad puede evitar una catástrofe similar a la de sus “amigos” del sur en donde el número de desocupados rebasa ya a los seis millones de personas aunque los números oficiales, como en México, suelen estar arreglados de acuerdo a las circunstancias e intereses de la clase gobernante. Desde luego, el ex mandatario galo olvidó que, en México, el gobierno de la derecha procede con autoritarismo tal que es capaz de inducir, presionar y cooptar hasta los Ministros de la Corte con tal de convertir en moneda de cambio –pero sin valor en México- la excarcelación de una ciudadana francesa, Florence Cassez, aunque se viniera abajo el teatro de la justicia de la que tanto se sirven los aspirantes panistas cooptados desde los dramas sociales, como los secuestros, y puestos en el aparador de todas las mentiras.
La derecha es así: sólo se escucha a sí misma. Lo mismo en España, en donde Mariano Rajoy Brey insiste en que “no cederá” ante las presiones multitudinarias –vaya manera de entender la democracia-, que en México en donde ha llegado a afirmarse que debe anteponerse “el interés nacional” a la popularidad aunque se vaya a la contra de la ciudadanía. ¿Cómo es eso en sentido democrático? Alguien debiera analizarlo. Por eso, en México estamos detenidos en punto muerto y cualquier cosa puede preverse de cara a los comicios del primero de junio 7 y los que vengan.
Por las Alcobas
¿Cuál es la doctrina impuesta a la derecha mexicana y resultante del neoliberalismo priísta de la hornada salinista?
Veamos:
1.- Hablar del fin del autoritarismo presidencial sin acelerar el rumbo hacia el parlamentarismo, única opción.
2.- Incordiar al Congreso calificándolo como “un freno para el cambio” por no aprobar, de manera incondicional, las propuestas del Ejecutivo sin mayoría absoluta.
3.- Marginarse de las tareas legislativas por la imposibilidad de dialogar con los contrarios.
4.- Asegurar la continuidad de los suyos a costa de traicionarse a sí mismo y a la democracia.
En este sentido, calderón resultó un excelente discípulo y peña le sigue.
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E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com
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VOTAR, ANULAR LA PAPELETA O ABSTENERSE SON CONDICIONES PERENNES DE LA DEMOCRACIA SI SIRVEN PARA EXPRESAR MALESTAR O APOYO. CUANTOS ALEGAN QUE NO ELEGIR A CIENTOS DE PATANES PUESTOS EN LAS BOLETAS ES POCO MÁS QUE UNA TRAICIÓN A LA DEMOCRACIA NO SABEN DE ÉSTA NI DE SUS INSTRUMENTOS PARA HACERLA VALER RECUPERANDO EL CAMINO.
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