Rafael Loret de Mola
12/02/2017
*Crimen por Omisión
*Sicarios del Poder
*Verdes Contra Toros
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El 5 de junio de 2009, la guardería ABC de Hermosillo –más bien un almacén adaptado para cuidar niños como si fueran residuos humanos-, ardió de manera incontrolable. El origen del fuego se dio en un predio contiguo en el cual volaban los papeles quemados y las cenizas provenientes de documentos “confidenciales” del nefasto gobernador y empresario Eduardo Bours Castelo, principal accionista de Bachoco, la empresa líder en producción y distribución de huevos aunque a algunos miembros de la compañía les falten muchos de éstos en casa. Además, fue evidente las pésimas condiciones del lugar, con aval del Seguro Social y la aprobación respectiva del panista ya extinto Juan Molinar Horcasitas a gestión directa de la “primera dama” Margarita Zavala Gómez del Campo –pretensa precandidata presidencial quien apuesta por la amnesia de los mexicanos-, privilegiando a un cerrado grupo de parientes de felipe calderón encabezados por la prima de Margarita, Marcia Altagracia Gómez del Campo.
La impunidad abrazó igualmente sobre otros sujetos relacionados con el repelente calderón: Alfonso Escalante Hoeffer, Antonio Salido, Sandra Téllez de Escalante y Gildardo Urquidez Serrano. Los socios de la guardería no han sido siquiera motivos de una indagatoria seria por su negligencia criminal, como tampoco los funcionarios que originaron uno de los mayores dramas de la historia reciente de México con el saldo brutal de 49 niños muertos, cremados si lo decimos brutalmente, y 76 más heridos. Todos los señalados están en la calle –es decir fuera de las cárceles porque en cuanto a recursos pecuniarios les sobran para no tener que dormir en algún callejón tan oscuro como sus conciencias-, y siguen “blindados” por jueces obtusos quienes han seguido las consignas superiores mientras se construyen sus propias mansiones… que debieran estar pintadas con el rojo sangre siquiera para recordar.
Un priísta y un panista como puentes entre los gobiernos federal y estatal de Sonora en las vísperas de los comicios de 2009 que, como repercusión de la propaganda mediática de Guillermo Padrés Elías, también malhadado panista como el entonces director del IMSS bajo el régimen de la violencia, el de calderón –el actual ya es el de la barbarie-, quien no tuvo rubor alguno cuando incriminó al gobernador sin mencionar las ramificaciones de los accionistas con quien fungía como presidente de la República sin la menor legitimidad y abusando de una ciudadanía resistente y manipulable por su ausencia de vitalidad para poner límites a los usurpadores del poder. Sí, es difícil, pero no imposible; no quiero pensar que lo sea porque entonces bajaríamos la guardia y con ella toda posibilidad de esperanza. Por allí están y nadie aplica siquiera sobre ellos la menor sanción moral. Doy algunas sugerencias:
1.- NO consumir productos de Bachoco para poner contra la pared al nefasto empresario-político Bours Castelo. Sería una manera de demostrar que, en ausencia de justicia, la ciudadanía tiene capacidad para derrotar a los perversos.
2.- Asegurarse de que el ex presidente calderón y sus esbirros, como su consorte Margarita , sean llevados a juicio por sus múltiples nexos con quienes no guardaron las mínimas condiciones de seguridad para su gran “negocio” con guarderías montadas sin precaución alguna y sólo con el fin de acumular riqueza. Los citados socios son dueños de la mayor parte de las mismas en Sonora. Francamente sería indecoroso que calderón compareciese sólo a requerimiento de una amoral secuestradora, Florence Cassez, cuya nacionalidad francesa parecen haberla convertido en modelo contemporánea para esculpir una moderna estatua de la libertad con la antorcha de la justicia obviamente apagada y el rostro rebosante de las cicatrices del alma.
3.- Convocar, de nuevo, a un juicio público solicitando a los abogados de los infames socios a que comparezcan, ahora en la plancha cementera del Zócalo, siempre rebosante de industriales de la protesta y pocas veces convergencia de las emergencias sociales y de los reclamos serios de justicia.
Sin este antecedente importantísimo, que nos rasgó el alma por la impotencia y la amarga sensación de estar indefensos frente a los grandes predadores del poder, no será factible llegar al fondo de las indagatorias sobre algunas de las más brutales tragedias: una de ellas, el incendio del Hospital Materno-Infantil de Cuajimalpa con el agravante de una explosión provocada por una “pipa” en mal estado de la Compañía de Gas Exprés Nieto –un apellido, solicitando el perdón de los ajenos que lo llevan, que ya resulta especialmente molesto-, cuyos antecedentes son deplorables y con una larga lista de “accidentes” mortales basados sea en la impericia de los conductores o en los vehículos sin adecuado mantenimiento. Sencillamente, hablamos en este caso como en el anterior citado y en muchos más, de negligencia criminal.
Sólo en materia de incidentes serios, la empresa, muy bien amparada, tuvo seiscientas ochenta y ocho fugas en los últimos meses de 2015, cuatro de ellas en escuelas rebosantes de escolapios menores. Pero, claro está, su principal accionista, Sergio Nieto del Río, no ha sufrido disgusto alguno por los frecuentes accidentes de esta compañía acreditada en Querétaro. Sergio, formado como todo junior, pasa su tiempo en la hípica, disfrutando de su cuadra de equinos y destacando como jinete entre la cerrada aristocracia queretana de pipa y guante. Seguramente, al momento de la explosión, las siete y quince de la mañana del jueves 29 de enero del pasado año, el personaje dormía plácidamente sobre almohadas con plumas de ganso y edredones de fina manufactura mientras los bebés, muertos o rescatados con serias lesiones, no podían siquiera gritar o llorar anestesiados por el mismo dolor.
Este México de desigualdades extremas es el que está a punto de reventar sin que lo observen así los vividores del presupuesto, lo miembros de la burocracia dorada que incluye a los líderes venales de sindicatos rendidos al poder a costa de negociaciones soterradas y ruines y los altos funcionarios de paso quienes hacen fortunas a costa de concesiones y complicidades extremas. Fíjense ustedes en esta breve lista de miembros de la alta clase política que son socios de algunas de las empresas saqueadoras de nuestro petróleo:
–“Los exdirectores de Pemex y exsecretarios de Energía como Jesús Reyes Heroles y Luis Ramírez Corzo, Georgina Kessel, Juan José Suárez Coppel, así como Pedro Aspe Armella, ex secretario de Hacienda, aparecen en informes del mercado energético como “nuevos agentes financieros” y “jugadores clave” en la “apertura” del sector a la inversión extranjera.” –de acuerdo a la investigación del periódico “Oro Negro”, de Villahermosa destinado a los petroleros-.
Los acuerdos soterrados, unidos a la insensibilidad social y fuera del concepto de soberanía, masacrando los intereses generales, son los que canalizan las fuentes del mal y la devastación en el sacrificado territorio nacional. Y, mientras tanto, seguimos buscando “desaparecidos” –más de nueve mil en el periodo peñista, no sólo los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa-, y recibiendo versiones del desvergonzado ex procurador general, el hidalguense jesús morío –no murillo- karam, listas para encabezar las futuras relatorías de los embustes mayores de la clase política triunfante. ¿Vamos a seguir soportando, pasivamente, que se nos denigre hasta este punto?