16/01/16.-Fue entregado a su familia para que le dieran cristiana sepultura el cuerpo de un indigente adicto al huachicol que muriera en una construcción de las calles 10 entre Terán y Zaragoza y que fue identificado como Benjamín Trujillo Cabrera, quien contaba con 64 años de edad.
Trascendió que el ahora occiso tenía cerca de 16 años que se había separado de su mujer y desde entonces se fue a vivir al barrio de «La Capilla», en donde sobrevivía ayudando en un pequeño negocio de comida ubicado por la calle Zaragoza, aunque a últimas fechas vivía ya de la caridad de los vecinos, pues su salud estaba ya minada por los años y por el consumo inmoderado del alcohol.
Se negaba a abandonar el barrio
Aunque «El Churros» tenía su familia, éste se negaba a abandonar el barrio, señaló uno de sus compañeros de infortunio identificado como «El Mante», quien dijo que iban familiares a buscarlo y le dejaban comida y ropa, pero no le daban dinero porque sabían que lo iba a gastar en alcohol y se negaba a irse con ellos a pesar de que lo invitaban a que abandonara la vida que llevaba.
Fue su hija Nancy Nohemí, quien lo invitó en repetidas ocasiones a que se fuera a vivir con ellos, pero su padre prefería seguir tomando hasta que finalmente falleció, pues «El Mante» lo encontró sin vida y tirado a un lado del colchón en una construcción abandonada que se localiza en las calles 10 entre Terán y Zaragoza de la zona centro de la ciudad, lugar que fue tomado como refugio por un grupo de indigentes adictos al guachicol.
A las autoridades
Fue su hija la que acudió ante las autoridades para solicitar la entrega de los restos mortales de su padre para darle cristiana sepultura.
Dijo que su padre respondía al nombre de Benjamín Trujillo Cabrera, quien contaba con 64 años de edad y que tenía cerca de 16 años que se había separado de su madre.
El médico legista dijo que fueron causas naturales las que le arrebataron la vida a «El Churros», pues al examinarlo no le encontraron lesiones o huellas de violencia en su cuerpo.
Jesús Torres