18/08/2015 – Pudiera uno pensar, que cuando se obtiene una buena cosecha, es porque las condiciones que la rodearon, fueron de lo mejor, lo cierto es que algunas veces no es así, una prueba de ello fueron las condiciones atípicas de clima con las que tuvieron que lidiar los agricultores durante el ciclo agrícola Otoño-Invierno O.I. 2014-2015. En este sentido fue común observar como una gran cantidad de predios agrícolas se vieron afectados en mayor o menor medida, lo anterior lo da a conocer Lic. Soledad Moreno Garza, asesora de agricultores de la región.
Dice la especialista en temas del campo, por citar un par de ejemplos de lo ocurrido, se puede señalar aquellos que sufrieron graves infestaciones de malezas, como nunca antes visto en los últimos 25 años, o están los que resintieron los excesos de humedad afectando la siembra o el desarrollo de los cultivos. En la mayoría de los casos los agricultores que resultaron afectados tuvieron que echar mano de su ingenio para poder lidiar con la cara adversa del clima, o dicho de otra manera, hubo necesidad de establecer medidas extraordinarias que ayudaran amortiguar en cierta medida los estragos ocasionados.
Controlar el clima adverso
En suma, una condición pocas veces vista adicional a lo sucedido en otros años, donde el clima también ha jugado un papel relevante en perjuicio de la actividad agrícola, ante estos hechos, cada vez más recurrentes, la pregunta obligada es, ¿Que previsiones se deben tomar para preservar y reforzar la producción agrícola? La respuesta desde nuestro punto de vista, radica en que los sistemas de producción, agrícola deben transitar a un concepto que empieza a permear, en varias regiones del mundo y que está relacionado con lo sucedido en los últimos años, en nuestra región.
Se trata de la «Agricultura Climáticamente Inteligente» (ACI), un modelo de desarrollo agrícola, que incrementa de manera sostenible la productividad, pero de también de manera esencial, establece medidas para tener una menor variabilidad de la producción de cara a los riesgos, de tipo climático y de naturaleza, agroecológica y socioeconómica. Según organismos de gran prestigio, los sistemas de producción que incursionan en este modelo, deben tener mayor capacidad para superar las adversidades.
Se requieren transformaciones
De lo anterior, por ejemplo: poder desarrollarse de un modo, adecuado frente a cambios bruscos, esto con la finalidad de estabilizar, la producción y los ingresos, en una determinada región, para estos organismos, la FAO, una agricultura más productiva, y con mayor capacidad de superar los obstáculos requiere transformaciones en la gestión de los recursos naturales, (la tierra, el agua, los nutrientes del suelo y los recursos genéticos), y una eficiencia más alta en el uso, de estos recursos e insumos, para la producción.
Lo cierto es que este organismo señala que, hay coincidencia con la realidad regional, que estamos viviendo, una realidad que nos habla de la necesidad de reestructurar nuestros sistemas de producción, a fin de hacer más eficiente la actividad agrícola de la región norte de Tamaulipas, hoy todavía somos afortunados de hablar de buenas cosechas, tal vez mañana la realidad, sea totalmente distinta.
José Juan Salinas M.