27/11/17.- Guillermo Miranda Vázquez empieza su día cerca de un Home Depot, donde encuentra trabajo fácilmente junto con tantos otros jornaleros que ayudan a limpiar Houston después del paso del huracán Harvey.
Algunos días despeja pedazos de mampostería arruinados o saca a la calle muebles y alfombras destruidos por las inundaciones de Harvey. Otras veces corta árboles y colabora en los cimientos de nuevas viviendas. Luce siempre jeans, zapatillas y camisetas, y a menudo está rodeado por el pútrido olor de aguas negras que inundaron las viviendas.
“Siempre me lavo bien y uso alcohol o algo parecido para no sufrir infecciones”, expresó Miranda, quien es guatemalteco. “Todavía no me enfermé”.
Cientos de jornaleros como Miranda han pasado a ser una parte integral de los esfuerzos para reconstruir la ciudad y trabajan en condiciones riesgosas al tiempo que sufren pensando en que pueden ser detenidos por las autoridades de inmigración por no tener permisos de residencia.
Harvey destruyó o dañó unas 200.000 viviendas e inundó buena parte de Houston y de otras comunidades costeras más pequeñas. La industria de la construcción ya padecía una escasez de mano de obra antes de la tormenta y el problema se agravó después de Harvey, generando una enorme demanda de jornaleros, que siempre desempeñan un papel clave en la reconstrucción tras el paso de tormentas y huracanes.
Jornaleros entrevistados por la Associated Press dicen que son contratados por propietarios de viviendas, equipos que vienen de otros estados y subcontratistas. La mayoría son inmigrantes que se congregan cerca de negocios de la construcción y gasolineras, a la espera de que alguien les ofrezca trabajo.
Activistas de la red nacional de jornaleros National Day Laborer Organizing Network recientemente investigó sus condiciones de trabajo. Las entrevistas que hicieron indican que la mayoría son expuestos al moho y a la contaminación, y no están al tanto de las protecciones legales que tienen incluso si se encuentran en el país ilegalmente. Los activistas han estado distribuyendo panfletos informativos y realizando talleres.
Aproximadamente una cuarta parte de los 350 jornaleros entrevistados dijo que se les niega los sueldos prometidos y que a veces los contratistas los dejan tirados en la obra hasta que terminan el trabajo, de acuerdo con un informe de Nik Theodore, profesor de la Universidad de Illinois en Chicago. Un 85% no recibió nunca clases sobre seguridad.
Agencias