21/02/15.- Acabas de descubrir que sientes algo más por tu mejor amigo, sí, el mismo con el que jugabas cuando eran peques. Él ha estado contigo en las buenas y en las malas y es la persona que mejor te conoce. ¡No le des tantas vueltas al asunto! Échale un vistazo a los posibles escenarios con los que te puedes topar y la manera en la que puedes reaccionar.
Qué hacer
Sin rodeos: No hay nada mejor que hablar con la verdad, no sólo te sentirás liberada al decírselo, sino que sabrás de una vez por todas a qué le estás tirando con él, si hay chance de que entre ustedes se dé algo más o mejor empiezas a trabajarle duro para dejarlo de ver como un posible novio. Eso sí, es mega importante que antes de hacerlo te mentalices sobre las posibles reacciones que él puede tener tras tu confesión, para que no te tome por sorpresa y no te afecte de manera negativa.
Distancia de por medio: En el amor no se manda, así que puede el amor que sientes por él no sea correspondido como esperas. Aquí lo que aplica es que se separen un buen rato. El tiempo lo cura todo y en una de esas, una vez superado el sentimiento que tienes hacia él, pueden retomar su amistad como si nada hubiera pasado; pero si definitivamente no deseas mantener un vínculo entre ustedes, también se vale.
A la conquista: Tal vez te lata más la alternativa de esmerarte en lograr que él también se enamore de ti, ya sea con detalles que nunca habías tenido con él, una interacción distinta, esmerándote un poco más en tu arreglo personal, etc. Sólo piensa que un arma de dos filos pues puede que él no te corresponda de la manera que anhelas, o bien, salirte con la tuya y lograr que él termine pidiéndote que inicien una relación amorosa. Recuerda que “el que no arriesga no gana”, en estos casos la moneda está en el aire.
Cupido “rules”: El mejor de los escenarios posibles es que él te confiese que también está enamorado de ti y ahí si no hay más que aventarse con todo y arrancar su noviazgo. Lo padre es que tienen un gran plus: se conocen perfecto así que no se atendrán a sorpresas desagradables por parte del otro. ¡Qué viva el amor!