19/03/18.- Las autoridades texanas confirmaron hoy las similitudes entre la explosión del domingo en el área del suroeste de Austin con los tres anteriores casos de paquetes bomba registrados este mes en la capital texana, por lo que, según la Policía, «nos encontramos ante un atacante en serie».
El jefe de la Policía de Austin, Brian Manley, explicó en una rueda de prensa que la única diferencia entre estos artefactos, que han causado un total de dos muertos y cuatro heridos desde comienzos de mes, es que este último incrementa su nivel de «elaboración».
En este caso, el artefacto incorporó un detonador a distancia, en vez de detonar al ser manipulado por las víctimas, como en los incidentes anteriores.
«La investigación se encuentra en una fase preliminar, así que, antes de analizar todas las pruebas, todavía no podemos clasificar esta situación como terrorismo doméstico o como delitos de odio».
Manley se refería a esas dos posibilidades porque las dos víctimas mortales y una de las heridas de los primeros ataques eran de raza negra y otra herida más eras de origen hispano, motivo por el cual las autoridades mantienen la hipótesis del motivo racial.
Sin embargo, los dos jóvenes heridos en la explosión de anoche, que están fuera de peligro pese a la gravedad de sus lesiones, son blancos, lo que aumenta la incertidumbre sobre el motivo.
Ambas víctimas de este domingo «pasaban de forma normal por la acera» cuando un artefacto junto a la verja de una casa explosionó sin que hubieras manipulación previa.
«Esto cambia las cosas, nuestro mensaje de seguridad hasta este punto era decirle a la comunidad que no manejara paquetes sospechosos o no los recogiera, ahora necesitamos tener un nivel extra de vigilancia y cualquier objeto que parezca fuera de lugar, no se acerquen a él», advirtió Manley.
MÓVIL INCIERTO
Las autoridades se muestran preocupadas ante esta cuarta explosión en menos de un mes que «puede afectar a cualquier persona de la comunidad, incluidos los niños», porque según sus primeros análisis, no hay ningún patrón en la elección de las víctimas.
«La gente tiene que prestar mucha atención a todo lo que ocurre a su alrededor, ante cualquier objeto sospechoso, sobre todo si observan que lleva cables, no se acerquen y llamen a las autoridades», insistió Manley.
El jefe policial anunció que el valor de la recompensa por cualquier tipo de información que sirva para esclarecer el caso asciende a 100 mil dólares, junto a otros 15 mil dólares ofrecidos por la oficina del gobernador de Texas, Greg Abbott.
Además, las autoridades pedirán a los propietarios de las casas que dispongan de cámaras de vigilancia en sus jardines que faciliten las grabaciones a la Policía para poder encontrar alguna pista.
Manley informó que el área suroeste de Austin se encuentra «fuera de peligro», pero mantendrán acordonada la zona varias horas más para recoger todas las pruebas posibles y asegurarse de que no haya más artefactos.
Las primeras bombas de esta serie mataron a un trabajador de la construcción de 39 años y a un estudiante de 17 años, ambos negros y que eran amigos, e hirió gravemente a una mujer hispana de 75 años que al parecer había recibido el paquete postal por error, según medios locales.
El nerviosismo por estos hechos también alcanzó este fin de semana al festival cultural South by South West (SXSW), que se celebró estos días en Austin, cuando una amenaza de bomba obligó a cancelar varios eventos en la noche del sábado en una de las salas de conciertos de la ciudad.
En este caso, la Policía local detuvo al sospechoso, un joven de 26 años que fue puesto a disposición judicial horas más tarde acusado de un delito grave por amenaza terrorista.
Las autoridades policiales mantienen su recomendación a los vecinos de que permanezcan en sus casas todo el tiempo posible y, sobre todo, se mantengan alejados de cualquier objeto sospechoso que encuentren a su alrededor.
Agencias