Agencias,10/06/15.-Casas anegadas, vehículos atrapados por las aguas y avenidas obstruidas por árboles caídos, son algunos de los daños que dejaron las históricas tormentas que azotaron a Texas en las últimas semanas, en tanto las autoridades estatales y locales tratan de estimar las pérdidas.
Los daños
El estado y la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) no han dado a conocer estimaciones de los daños, pero cifras preliminares de las autoridades locales y compañías de seguros indican que el monto de las pérdidas ascenderá a cientos de millones de dólares. El condado de Kaufman anunció que los daños a sus calles y puentes probablemente serán superiores a los $2 millones. En el Condado Hays, donde el río Blanco se desbordó arrastrando viviendas y causando algunas muertes el fin de semana de Memorial Day, funcionarios calcularon las pérdidas en $38 millones. Las riadas en torno a Houston causaron pérdidas en caminos y demás infraestructura estimadas en $45 millones, según el Condado Harris. Probablemente tendrán que pasar algunas semanas para llegar a una evaluación completa de los daños, pero el lunes el Consejo de Seguros de Texas indicó que el monto total de pérdidas aseguradas podría ascender a los $1,000 millones en mayo, contando los daños causados por las fuertes granizadas ocurridas al inicio del mes. “Tan solo en automóviles serían de alrededor de $250 millones”, dijo Mark Hanna, vocero del consejo. “En los últimos tres años habíamos estado en sequía, y no habíamos visto pérdidas como estas”.
17 pulgadas de lluvia
En el Aeropuerto Dallas-Fort Worth cayeron casi 17 pulgadas de lluvia en mayo, un volumen que no se había registrado por lo menos desde 1899, según el Servicio Meteorológico Nacional. En las últimas dos semanas el Norte de Texas ha sufrido una serie de excepcionales lluvias torrenciales. En el sector de Lake Highlands, el lunes había montones de tablaroca y alfombras enlodadas frente a las viviendas a lo largo del arroyo Dixon Branch, que se inundó en las primeras horas. Kristal Moody, una profesora de arte de 33 años, dijo que había estado en el teléfono todo el día tratando de hacer que un ajustador de seguro fuera a su casa. “Los de la última compañía que FEMA me mandó me dijeron que ni siquiera tenían mi información. Sólo nos traen dando vueltas”, dijo. Los ajustadores de seguros están distribuidos por todo el estado y ya están repartiendo cheques, pero apenas ahora se tiene una idea real de las pérdidas. Talleres de reparación de autos refirieron el lunes que no habían recibido muchos vehículos dañados por las aguas. “Todavía están ahí, pero la mayoría se irán directo a pérdida total”, dijo Todd Dillendger, vicepresidente de operaciones Caliber Collision Centers, de Lewisville.