Puertoriqueños contradicen a Trump; acusan que ayuda federal no llega

03/10/17.- A unos cuántos kilómetros de la base aérea en la que el presidente Donald Trump elogió las acciones de su gobierno para atender las afectaciones del huracán María, los puertorriqueños recogen en carros de supermercado ramas de árboles, pedazos de techos de lámina y ropas empapadas para llevarlos a una esquina junto a pilas de colchones inservibles.

Aún no hay luz en el vecindario conocido como Playita, y el agua apenas regresó el domingo. No han llegado camiones para recoger los escombros en el corazón de la capital de Puerto Rico, y algunos cientos de residentes de este lugar siguen limpiando sus viviendas y comercios que se llenaron de aguas residuales. Afirman que no han visto a las autoridades federales desde que María azotó la isla el 20 de septiembre.

“Hay necesidades en todas partes”, dijo Jacke Cordero, de 51 años, mientras utilizaba una hidrolavadora de presión para remover las hediondas aguas residuales de su pequeña cafetería, La Esquina de la Fe. “Agua, alimentos, los supermercados están cerrados”.

Cerca de ahí, Ray Negrón descansaba a la sombra de una iglesia después de pasar la mañana recogiendo escombros.

“¿Qué más de nuestra parte quieren que pongamos?”, dijo Negrón, de 38 años y desempleado. “Ya hemos limpiado todo”.

Dijo que los habitantes de Playita esperaban a las autoridades para que retiraran las enormes pilas de basura que recolectaron los residentes.

“Aquí no ha venido nadie”, dijo Negrón. Al referirse a Trump, comentó: “Por favor, dejen de marginarnos”.

Desde hace tiempo, Playita ha sido uno de los vecindarios más desfavorecidos de San Juan, atravesado por una autopista pero cerca de una unidad habitacional que ha recibido atención relativamente alta en las labores de recuperación.

Agencias

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