16/09/2016 – Por distintas causas, en el Estado se ha dado la desaparición de personas, las cuales en cierto porcentaje vuelven pero también en un número importante no, por lo cual los que sufren estos duelos directamente son los familiares más allegados a esta situación, la cual puede traducirse en problemas de salud a futuro de no ser atendidos en terapias.
Tanatología
Yalili Aguilar Juárez, maestra tanatóloga, señaló que anteriormente se ha dado atención a diferentes familias de personas desaparecidas, mas por el momento no se ha buscado nuevamente dar este tipo de orientación.
«Es muy importante que se atienda a las personas que sufren la pérdida, se conoce a la tanatología como la atención directa nada más a los pacientes que tienen una enfermedad terminal, pero también es de gran validez el atender a los que se quedan al duelo, ya que se quedan a vivir sin la presencia del ser amado y esto puede desencadenar depresiones y enfermedades futuras».
Enfermedades
Yalili Aguilar Juárez, indicó que al momento de no solucionar los conflictos y sentimientos que ocasiona la desaparición de una persona en la familia directa, ya sea padre, madre, hijos, amigos, entre otros, puede dar paso a que las antes mencionadas presenten desde estrés hasta cáncer, ya que no pudieron vivir un duelo real bajo esta difícil situación.
Además comentó que en la mayoría de los casos, así sea por personas desaparecidas o fallecimientos, la gente entre en un estado de shock que no les permite asimilar de manera real el proceso, por lo cual pueden vivir en un estado de distracción o una realidad alterna a la que se está.
Soledad
La psicóloga Ana María González, aseguró que en la mayoría de los casos de fallecimientos las personas optan por la soledad, donde es una medida aceptable como parte de un proceso de sanamiento, mas no se debe de prolongar por un tiempo determinado.
«Es válido que se busque el llorar solo o acompañado y sentirse muy triste, pero se tiene que ir a terapia porque es donde la ayuda debe darse, para poder volver a actividades normales con una expectativa más clara, saber sobrellevar la ausencia del ser amado».
Mónica Hurtado Zúñiga