19/05/15.-El estrés, la obesidad, la diabetes, la presión arterial alta, niveles altos de colesterol y el tabaquismo son parte de los factores que han provocado que personas más jóvenes sufran enfermedades del corazón con mayor frecuencia y con más letalidad, coinciden especialistas.
En la última década, estima Rodolfo Barragán García, subdirector de Especialidades Médico-quirúrgicas del Instituto Nacional de Cardiología (INC), se ha duplicado el número de infartos y enfermedades cardiacas en la población de entre 45 y 50 años que atiende el instituto.
Una persona que antes de cumplir 50 años padece un infarto tiene mayor riesgo de mortalidad, advierte.
Lo que ocurre, es que no se han establecido los mecanismos compensadores de la «circulación coronaria o colateral» que se desarrollan con la edad y que permiten al organismo desarrollar más caminos para irrigar sangre al corazón.
En promedio, las personas que sufren un infarto a edades tempranas, pierden 20 años potenciales de vida, señala el cardiólogo del INC.
En 2010, último registro del Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades, 23 por ciento de los 105 mil decesos registrados por enfermedades del corazón fueron de personas en edad productiva, es decir, entre 25 y 64 años.
Según el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica de la Ssa, actualmente, en el País los males cardiacos son la primer causa de muerte.
No hay diferencia alguna por estrato socioeconómico. La edad promedio al morir por enfermedades del corazón es de 73 años, pero hay entidades en donde la edad es notablemente menor como Quintana Roo donde el promedio baja a 65.7 años.
«El tratamiento al diagnosticar osteoporosis se prescribe dependiendo de la causa. El más importante es el ejercicio; tomar calcio y vitamina D, y bifosfonatos, que son los medicamentos que ayudan a fijar el calcio», explica el ortopedista Ricardo Salinas Garza.
Carlos Vargas Trujillo, del departamento de Anestesia Cardiovascular del Instituto Nacional de Cardiología, explica que actualmente el instituto atiende en promedio entre 15 y 20 jóvenes infartados menores de 40 años al año, cuando hace aproximadamente una década apenas se presentaba un caso.
«Anteriormente era raro un paciente joven y le buscábamos una enfermedad adicional como vasculitis, que provoca alteración de las arterias, o algún otro tipo de factor.
Nos empezó a llamar la atención, hace como 8 años, empezaron a llegar pacientes más jóvenes. Estos pacientes menores de 40 años no tienen todos los antecedentes que uno esperaría de un adulto, como por ejemplo que con el tiempo se vaya formando una placa que propicie, a los 60 y 65 años, que se vaya cerrando su arteria y presente síntomas», precisó.
Agencia Reforma