Nuestros Columnistas Locales
ORBE
Ma. Teresa Medina
6/01/17
Con la visión de los enemigos
¿A alguien le queda duda de que el Gobierno de la República no ha cumplido con su principalísima misión de atemperar el embravecido mar mexicano?
Desde luego que sí. Y pese a no ser muchos, tienen dos o hasta tres veces el poder de los más de 120 millones de habitantes que pueblan este país.
Y hablo de un poder fácil de ejercer entre tanto, decíamos el miércoles, la mecha que detone una guerra civil sea tan larga que Dios evite los tiempos catastróficos que registra la historia de esta nación.
Me refiero a los ricos de los ricos. A la plutocracia. Que encantada de la vida no sólo concede el beneficio de la duda a la brutalidad “política”, sino que alimentada por la angustia social consolida el esplendor del culto al dinero como la máxima divinidad del sistema.
Comprobada plenamente la desaparición de la racionalidad, compromiso y solidaridad con la sociedad, hoy cualquiera se pregunta si esta gente se irá del poder por las buenas o si hay que sacarlos nuevamente a patadas de Los Pinos.
Perdón por la pregunta, pues a estas alturas no hay ningún mexicano tan ingenuo como el imaginado, pero es necesario (antes de las patadas) seguir guardando las formas y la serenidad en tiempos de gran aflicción.
Precisando que ahora ya no habrá la mínima necesidad de un Fox arengando a las masas para sentenciar los últimos meses de un priísmo que, habiendo prometido y jurado la “gran transformación”, aún le piensa para detener y procesar a varios ex gobernadores que saquearon todo el dinero que pudieron, y cuyos recursos multimillonarios hubiesen podido aliviar (y mover a México) por varios años.
Los ex mandatarios de Veracruz y Chihuahua, prófugo uno y medio prófugo el otro, Javier y César Duarte, son tan intocables que obstaculizan cualquier avance en la recuperación de la confianza popular que a Peña nada parece importarle.
Para colmo llega a la cancillería el inefable Luis Videgaray, aunque no para implementar una diplomacia del más alto nivel con los gringos encabezados por Donald Trump, tampoco para “aprender” de lo que no tiene noción.
Llega para abrir otro frente de guerra contra Miguel Ángel Osorio Chong que sobrevuela Los Pinos desde hace tiempo.
Desde ahora el PRI puede irse olvidando de que en el corto plazo resurja una cohesión interna como una dinámica política que lo saque de ese abandono infernal en el que también vive junto al pueblo.
A ese paso no se hable siquiera del priísmo nostálgico de Tamaulipas, cuyos diputados federales asumieron en automático la visión de los enemigos de una sociedad que sufre y protesta por el alza a los precios de gasolina, luz, gas y ahora hasta al agua, y por todo lo que se viene encima, y por lo que sólo se escucha una balbuceante “comprensión” del presidente de la República.
LA SOLIDARIDAD DEL GOBERNADOR
Los pronunciamientos del Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca en contra del “gasolinazo” han sido las muestras de solidaridad más notables en la entidad, ante el vacío de quienes igual deben intervenir haciendo de todo lo que se cierne sobre la población una crisis propia.
Pero la responsabilidad de los legisladores federales fue puesta a prueba y falló.
Ante un problema tan serio, las importantes funciones de diputados como Miguel González Salum, María Esther Camargo, Alejandro Guevara Cobos, Esdras Romero, Edgar Melhem, Mercedes del Carmen Guillén, Yahleel Abdalá y el propio Baltazar Hinojosa son absolutamente inconsistentes a los conceptos democráticos que proclamaron en aquel “8 de 8”.
Paralelo al desasosiego que prevalece en el PRI tamaulipeco, olvidado desde la Ciudad de México por un burócrata convertido de la noche a la mañana en “líder nacional”, nada parece hacer reaccionar además a sus alcaldes y diputados locales ante las demandas exigentes de su militancia.
No sobresale ningún líder, de los tantos que este partido ha hecho alarde por muchos años, que haga eco del enardecimiento público que sacude al país y a su propio instituto político.
Ciertamente no es la primera vez que la derrota electoral los toca comenzando desde Los Pinos. Pero la que hoy sufren, con todo y que están en poder de la presidencia del país, no tiene precedente histórico, negándole el apoyo inmediato a la sociedad y atrincherados en una subordinación que nada les redituará, excepto pasar a ser -penosamente- la tercera fuerza política en el plano nacional.
¡Feliz fin de semana!