Orbe

Ma. Teresa Medina

19/08/16

De vacaciones y con piloto automático

De continuar las extrañas expresiones políticas del PRI, ni frías ni calientes, solamente tibias, provocará que el electorado y su propia militancia lo sigan vomitando de su boca.
Trascendió en ese sentido que Baltazar Hinojosa Ochoa reveló hace días que en ese partido no llevan prisa por fortalecer su presencia en Tamaulipas. La casi confesión obliga la pregunta, ¿quiénes son lo que no llevan prisa?
Obviamente se trata del priísmo que se ha enriquecido en el poder, un pequeño y poderoso grupo al que evidentemente nada le importan los millones de priístas de a pie, ni el peligroso letargo por el que atraviesan.
Un priísmo cupular, sin convicciones ni pasión por servir como justamente lo observa el ex diputado federal Enrique Cárdenas del Avellano, un distinguido miembro de ese partido que señala que en la próxima renovación del PRI deben eliminarse los compadrazgos y las componendas, privilegiando el trabajo político. Más oportunos y acertados no pueden ser los comentarios de quien también fue alcalde de Victoria y presidente del Comité Directivo Estatal del tricolor.

¿NO SE TRATA DE PSIQUIATRAS?
Después del desastre del 5 de junio, cualquiera diría que semejante tranquilidad, indiferencia y forma de sopesar el adverso entorno político, cuyas proporciones críticas también son nacionales, exigiría tratamientos psiquiátricos.
De entrada eso es lo que parece, como que la derrota aún no se toma muy en serio. O en un descuido, como dicen y pensando mejor, nadie les ha avisado de la desgracia. O quizá igual dan a entender que esperan auspicios más favorables en breve, con expectativas de ganar las elecciones locales en 2018, Congreso y alcaldías, y las federales en las Cámaras de Senadores y Diputados, y desde luego la Presidencia de la República. Una tarea titánica, sino es que imposible, pues a pesar de que desde Los Pinos se impulsaron importantes reformas económicas, también es cierto que “olvidaron” las grandes reformas al sistema judicial y el combate frontal contra la corrupción. Es decir, la justicia continúa siendo un clamor nacional que no tiene eco desde el Gobierno federal. Mucho menos voluntad política para impulsarla. Otro enfoque a considerar sería que el tricolor haya quedado totalmente atrapado en los mismos métodos y lenguajes desde que era una maquinaria electoral, temible e imbatible.
Y cuyos recursos no necesitaban ni de la más elemental imaginación y esfuerzo mental para diseñar estrategias electorales y estar en un alto nivel de competencia. La famosa aplanadora no requería en esos tiempos de grandes esfuerzos políticos para monopolizar el poder y salvaguardar los privilegios de su élite.
Pero lo más raro es que habiendo sucedido ese inédito descalabro electoral, donde la democracia les asestó un revés que algunos preveían, aunque no en esa magnitud, la reacción lógica es que el PRI estuviera, como cualquier partido político en el mundo, comenzando a librar una ejemplar batalla opositora. Y si es mucho pedir, al menos reorganizándose.
Sobre todo considerando que en el plano nacional las cosas se le han salido de control al presidente Enrique Peña Nieto.
Sumando a todo esto la tibia reacción del dirigente nacional del PRI, Enrique Reza Ochoa, concentrado en cuerpo y alma en la figura de Andrés Manuel López Obrador, acusándolo por su declaración patrimonial (3de3) y generándole una importancia inmerecida al tabasqueño, la cual se extinguirá por la velocidad con que corren las noticias en este país.
En fin, Baltazar Hinojosa no parece interesado en convocar a la militancia, ni reagruparla ni estar cerca de sus causas e intereses.
Sin esa unidad y esos círculos virtuosos, difícilmente podrán rediseñar un esquema competitivo del que ni siquiera se oyen los tambores de guerra, excepto acercarse cada vez más al precipicio, confiados que durante sus vacaciones el piloto automático suplirá la ausencia de un líder que controle la nave.

UAT, UN ENTE COMPACTO Y UNIDO
A diferencia del PRI, quien sí da un ejemplo de fuerza y presencia es el rector Enrique Etienne Pérez del Río, exhortando a los estudiantes de nuevo ingreso a actuar con gratitud, lealtad y honestidad. Valores que han llevado a la UAT a convertirse en un ente compacto y unido, por el esfuerzo de todos.
¡Feliz fin de semana!

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