Ma. Teresa Medina
15/08/16.
Liderazgo nacional en salud… y energías limpias
Los seis años de gobierno de Egidio Torre Cantú fueron insuficientes para transformar totalmente los difíciles y enrarecidos entornos heredados de sus predecesores.
Entornos de los que hasta el derrotado priísta Baltazar Hinojosa se deslindó, quizá por estrategia, pero esencialmente obligado a transmitir un mensaje realista imposible de eludir.
Dicho de otro modo, un sexenio apenas significa un parpadeo en la memoria histórica de los pueblos.
No obstante, esta administración que se alista a entregar el poder a Francisco García Cabeza de Vaca, tuvo grandes aciertos, no cabe duda.
Comenzando por enfrentar el flagelo de la inseguridad, y destacando nacionalmente en el ámbito de la salud pública como en convertir a la entidad en pionera de las energías limpias.
Los parques de energía eólica y solar, ciertamente con un desarrollo aún incipiente, reflejan la visión de futuro de un gobernante que trabajó intensamente en medio de una adversidad que tiene diversos orígenes y responsabilidades.
Una de ellas, la brutal y penosa descomposición de la sociedad norteamericana y su alto consumo de drogas, controlado en el hemisferio por las agencias de inteligencia de ese país, capaces de derrocar gobiernos como siempre lo han hecho.
La honestidad que demostró Torre Cantú, pese a ser cuestionada arbitrariamente por algunos, es un ejemplo que no podrían emular otros gobiernos salientes, cuyos desastres de corrupción son del conocimiento nacional.
Qué más podemos decir de ese troglodita llamado Javier Duarte y de otros gobernadores proclives a la malversación de recursos públicos, vinculados a actos de corrupción y a grupos del crimen organizado que convierten a México en una vergüenza internacional.
De ese ambiente emponzoñado viene la advertencia del gobernador electo de Tamaulipas Francisco García Cabeza de Vaca, hacia los nuevos alcaldes panistas del Estado, avisándoles de su cero intolerancia respecto a ese fenómeno que se resiste a las leyes y al orden tratando de favorecer egoístas intereses particulares.
Mismos que, como todos lo hemos visto, impulsan la consolidación de élites políticas y económicas, erosionando la democracia, la credibilidad y la legitimidad de los gobiernos en aras de conceptos patrimonialistas del poder.
Volviendo con el ingeniero Torre Cantú, no existe la menor duda que este personaje pasará a la historia de Tamaulipas como un político que realizó todo lo humanamente posible con los recursos que tuvo a su disposición, no siempre apoyado, afirman algunos, desde Los Pinos.
Pese a ello, los tamaulipecos saben, por primera vez en mucho tiempo, hacia donde se dirigen, pues desde el poder político del Estado quedó claro nunca se coaccionó la libertad de la ciudadanía a votar por una opción en particular.
Ese ambiente de libertad generó una evolución social nunca antes vista en el Estado en los últimos 86 años, poniendo fin a un añejo y colapsado aparato de poder y atrayendo una gran expectativa de luz y esperanza frente a los desafíos que exigen respuestas claras.
Dentro de ese marco político y social que se presenta, siempre asediado por las crisis que nunca faltan, el tema de la salud pública se ha visto fortalecido.
De hecho, Tamaulipas es una entidad líder nacional en programas de prevención y promoción de la salud, a partir de los años 2012, 2013 y 2014, abriendo fuertes expectativas de obtener nuevamente el primer lugar 2015 durante la próxima reunión “Caminando a la Excelencia”, cuyo evento se celebrará a finales del presente mes en Cocoyoc, Morelos, organizado por la Secretaría de Salud federal.
Una de las herencias importantes que dejará el gobierno de Egidio Torre Cantú a su sucesor, la explica (con gran modestia) el secretario de Salud, Norberto Treviño García-Manzo:
“Durante los últimos años hemos trabajado y obtenido muchos logros; por lo tanto, la siguiente administración no sólo no va a partir de cero, sino de algo más, es decir, va a iniciar con una situación de salud muy adecuada”.
La expresión de Treviño García-Manzo no sólo se circunscribe a un simple enunciado político; es, mejor dicho, años de esfuerzo y una historia de éxitos certificados por exigentes organismos, cuyos referentes internacionales mejoran y aumentan el nivel de vida de la población.
¡Excelente inicio de semana!