Ma. Teresa Medina
15/02/16
Baltazar, propositivo e incluyente
En la reunión con delegados del PRI Victoria que sostuvo este sábado Baltazar Hinojosa Ochoa, el precandidato a la gubernatura compartió foro y galería con tres políticos distinguidos.
Ante un lleno absoluto y de gran unidad en el Polyforum “Rodolfo Torre Cantú”, Alejandro Etienne Llano y Enrique Cárdenas del Avellano destacaron en el ánimo del priísmo.
Contexto que no deja lugar a duda de que las trayectorias de estos ex aspirantes a suceder al ingeniero Egidio Torre Cantú gozan del respeto cabal y amplio reconocimiento del matamorense que en su discurso pidió ser adoptado por los victorenses en su proyecto de gobernar a Tamaulipas a partir del próximo 1 de octubre.
Proyecto político en donde, ofreció el diputado federal con licencia, todos serán incluidos, quedando claro que no habrá lugar ni tiempo para ataques y denostaciones, sino de propuestas y participación ciudadana. Recordando que la “y” adiciona, no separa.
De modo que no habiendo otro asunto que tratar por el momento, el priísmo parece decidido a no engordarle el caldo a ningún contrincante político, particularmente de la especie de los quejumbrosos, malhumorados y conflictivos.
Pero sobre todo, de individuos estorbosos que cargan fardos de problemas y obsesiones compulsivas.
Determinación inteligente la de Baltazar, partiendo del hartazgo social que huye de “políticos” cuya ralea sólo da la sensación de dedicarse a crear ambientes enrarecidos que cancelan sueños y esperanzas.
El tercer personaje que se llevó también una fuerte ovación fue Óscar Almaraz Smer, que ostentando ya la precandidatura a la Alcaldía de Victoria recibió el compromiso de que recibiría todo el apoyo de Hinojosa Ochoa al llegar éste al Gobierno de Tamaulipas.
Promesa que emocionado agradeció de pie el ex diputado local y ex Secretario de Organización del PRI estatal.
¿QUÉ SIGUE?
A todo esto, vale la pena analizar brevemente lo que ocurre en el ámbito democrático de Tamaulipas.
La primera interrogante, sin dejar de observar el pasado, sería:
Próximos a cumplirse los seis años de gobierno de Egidio Torre Cantú, donde los esfuerzos (pese a lo que digan aquellos que sufren de ceguera) han sido notables para que la entidad se ubique en la ruta correcta, afrontando los complicados temas de seguridad y progreso, ¿El Estado requerirá de una alternancia en el poder que en el plano nacional fue y sigue siendo altamente cuestionada, y cuya experiencia no puede ser soslayada al haber alcanzado a todos como sociedad sus devastadores efectos?
Sin dar cabida a inadecuadas interpretaciones, no se pretende expresar que tal o cual partido sea el único capaz de gobernar, con fórmula exclusiva de por medio, como si los demás estuvieran desprovistos de semejantes capacidades. No es así.
Sin embargo, la negación de los principales partidos opositores a enfrentar sus pasados en el poder o por lo menos aceptar los errores graves cometidos en perjuicio de todos, conjuntan no sólo una suma de miradas inquisitivas en sus actuales posiciones de competencia, sino que resultan hasta cierto punto absurdas sus pretensiones de instalarse en un poder estatal sin antes haber rendido cuentas y ponerse en paz con la gente.
Eso desde luego no es obstáculo legal para que los precandidatos de los diferentes partidos, incluidos los independientes, participen en la actual contienda electoral, ni porque Tamaulipas sea electoralmente un sólido bastión del PRI.
Si el PAN, PRD o Morena hablan de impunidad, de ex gobernantes que presuntamente cometieron serios delitos en el curso de sus administraciones públicas, ¿acaso ya no están siendo buscados estos por las autoridades para que den cuentas de sus actos y defenderse si hay elementos para ello en medio de un gobierno federal emanado del PRI?
¿O quizá sólo los de la casa de enfrente sean los únicos culpables?
Si la oposición apela a la memoria colectiva en sus acusaciones contra sus adversarios, igual es justo que esta asuma los errores y las tragedias de su historia, analizándolas y recordándolas públicamente.
No se puede andar en campaña pidiendo el voto y tratando de invisibilizar las marcas profundas sin la mínima preocupación. Ahí entonces se encuentran la pérdida de la influencia social y el desequilibrio democrático, sin cuyos resortes desaparece la confianza del electorado.
¡Buen día y excelente inicio de semana!