Ma. Teresa Medina
05/02/16
Peor que un zarrapastroso
La filosa crítica de Carlos Monsiváis al cacique Gonzalo N. Santos (Señor del Gargaleote) que afrentosamente decía que “La moral es un árbol que da moras”, podría ser insuficiente a estas alturas de la vida pública.
Los políticos que hoy pretendan gobernar ajenos a una vida regida por la moral y cuyas trayectorias estén manchadas por sospechas que ponen en duda sus reputaciones, no pueden representar a la sociedad en calidad de mandatarios.
En palabras simples y llanas, el político ausente de moral es peor a un sujeto que en un año no se ha bañado y zarrapastroso encabeza una reunión de notables (por ordinaria y extraña que sea la comparación).
Y lo que es más: ¿cómo habrá de sentirse un individuo frente a los ojos de todos envuelto en tanta suciedad, aspirando a realizar cosas limpias en favor de la gente?
Santiago apóstol era muy claro: “¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?”.
¿Podremos imaginarnos la porquería que una persona bajo esas condiciones de inmoralidad infecciosa desparramaría a sus gobernados?
En eso consiste, hablando en plata limpia, la inmoralidad de un “político”, cuya mala facha no se puede ocultar y su pestilencia no pasa desapercibida por el olfato social.
Enlazo lo anterior con lo siguiente:
¿Cómo diablos se atreve, el fallido gobernador independiente de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, a brindar “generosamente” su apoyo a los candidatos independientes de Tamaulipas, cuando no ha cumplido una sola de sus promesas de campaña?
¿Con qué calidad moral se presenta a nuestro Estado si las arcas de su gobierno están completamente quebradas?
¿Tiene don Jaime la culpa de haber encontrado las finanzas de Nuevo León en esas lamentables condiciones? Desde luego que no.
Pero conscientes de que el tema es otro asunto donde Rodrigo Medina de la Cruz será juzgado por las autoridades o por la historia, “El Bronco” bien sabía que todos y cada uno de sus compromisos jamás los iba a cumplir.
Y eso no tiene otro adjetivo que inmoralidad a la vista de todo mundo. Luego, imagínese usted, ¡quiere ser presidente de la República!
Si algunos consideran que los aspirantes independientes a la gubernatura, alcaldías y diputaciones irán encaramados en esa cresta “ejemplar”, se equivocan.
Los efectos tendrán que ser muy personales y no calcas de provocaciones y fracasos evidentes que tampoco tuvieron ni por asomo un ápice de mercadotecnia, pero sí bastante dinero que no se supo su origen.
Está claro que “El Bronco” y “El Peje” han dejado de ser referentes en lo regional y nacional, pues sus proyectos no lograron cruzar más allá del alboroto y la morbosidad, excepto que sus vociferaciones se confundieron en su momento como las respuestas que el país esperaba.
No se trata entonces de endurecer los discursos, sino de proponer (y eso va para priístas, panistas, perredistas e independientes) cambios centrales, reales, viables y aceptables que enriquezcan el debate y mejoren la calidad de vida de la sociedad.
México y Tamaulipas no le apostarán a “estrategias” que sólo cancelen los caminos del progreso y la civilidad, que parecen de pronto muy apantallantes aunque al final son mentiras que no rescatan a nadie de ese enorme subsuelo social.
Los votos se los llevarán quienes armonicen la estrategia y la realidad con la moral ejemplar de sus vidas y la calidad de sus obras.
Y ya lo decíamos antes: inútil presentarse -a las elecciones- sin esos requisitos.
Ciertamente aún no se escuchan las propuestas de los candidatos, principalmente de Baltazar Hinojosa Ochoa y Francisco García Cabeza de Vaca, pero la eficacia y la honestidad con la que se hayan manejado estos dos personajes incidirá en los resultados del 5 de junio hacia sus respectivos partidos políticos.
Nada que ver con los efectos centrífugos de difamaciones, estigmatizaciones y violencias verbales que invocan peligros de erupción social. Conviene así que los votantes se empapen del glosario de propuestas serias y reflexionen a partir de ahí su decisión en las urnas.
¡Buen día y feliz fin de semana!