Nuestros Columnistas Locales
ORBE
Ma. Teresa Medina
7/12/15
¿Es más lo malo que lo bueno?
Antes de cualquier comentario político, y no sólo para despresurizar los temas que habitualmente abordamos, permítame hablar de lo siguiente.
Ningún gobierno del mundo, así sea la primera potencia mundial, Estados Unidos, imperio si se le quiere llamar, podrá generar todo el bien posible y satisfacer las necesidades de cada uno de sus gobernados.
Incluso ni siendo “monedita de oro” lograría un gobierno contar con una aprobación absoluta de la ciudadanía, hasta una democracia consolidada o en vías de serla.
Eso en términos públicos o políticos. Pero si nos remitimos a los aspectos religiosos igual solemos constatar, por la transparencia sin precedente del Papa Francisco, que hasta el propio Vaticano, sufre la corrupción que ya todos sabemos.
Y por extraño que resulte, San Pablo decía que los gobiernos son puestos por Dios: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”.
¿En ese sentido tendremos que estar forzosamente de acuerdo con las políticas de cualquier gobierno o resignarnos a padecer sus errores que por omisión o deliberadamente hagan? Me parece que no.
Sin embargo, no hay en estos tiempos dinero suficiente para paliar y menos para resolver los grandes dramas del mundo, encarnados por la pobreza, el hambre, la inseguridad, la prevaricación, el peculado y cualquier otro fenómeno social.
De hecho, el Foro Económico Mundial informa que la riqueza del mundo se encuentra dividida en dos partes: la mitad está en manos del 1% más rico de la población, y la otra se reparte entre el 99% restante; desigualdad extrema que supone un enorme riesgo para el progreso de la humanidad y los procesos democráticos e incide en el debilitamiento de los presupuestos gubernamentales.
Una inequidad alarmante, que lamentablemente ha sido así desde los inicios de la humanidad, y cuyo contexto ha sido terreno fértil para individuos populistas y demagogos que ofrecen el oro y el moro, soluciones mágicas que acaban desgraciando más la vida de los pueblos.
Cuántos y quiénes son, también ya todos los conocemos, comenzando por Fidel Castro en Cuba, y luego por Hugo Chávez hoy representado en Venezuela por Nicolás Maduro.
Con ello no queremos decir que los gobiernos tengan manga ancha para hacer lo que se les de la regalada gana, ni que sus integrantes roben como en despoblado, trafiquen influencias y utilicen el presupuesto como si fuera de su propiedad.
Resumen: el mundo y todas sus problemáticas son una verdadera madeja, tan profundamente compleja que nadie ni siquiera con una inteligencia extraordinaria podría remediar.
Pero una reflexión e interrogante nos debe llevar también a ver el lado positivo de lo que ocurre: ¿Son más las cosas malas que pasan y que existen, que las cosas buenas que prevalecen y se dan todos los días?
Las noticias catastrofistas siempre han vendido mucho y siempre han sido utilizadas y manipuladas por otros que también aspiran al poder expandiendo el drama.
Lo malo existe desde los tiempos más remotos de la humanidad, pero es innegable, razonablemente hablando, que los aspectos que contribuyen a la humanización siempre serán más que todos aquellos que destruyen la vida.
Los cambios se están generando, y estos todos los días nos demuestran no estar intimidados por quienes sólo aspiran al mal. Y la historia ha demostrado siempre cómo acaban los que se mueven en el lado oscuro y provocan sufrimiento, ruina y desolación a los pueblos.
No olvidemos entonces (y no es cursi ni desproporcionado hacerlo) agradecer primero a Dios por lo bueno que todavía pasa en medio de tantas y fugaces ambiciones de poder y de dinero.
Reconociendo que, pese a todo, el mundo sigue de pie, y que al interior de los gobiernos trasciende una poderosa corriente que está trabajando para revertir el proceso de degradación moral, social, política y ecológica, imposible de detener.
CONTINÚA EL SUSPENSO PRIÍSTA
Contra lo que muchos pensaban, el consejo político estatal del PRI, encabezado el sábado en el Polyforum por Egidio Torre Cantú y Manlio Fabio Beltrones, no dio señales claras respecto a su candidato a gobernador, prolongándose el suspenso, casi cardiaco, hasta finales de enero.
¡Buen día y excelente inicio de semana!