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ORBE


Ma. Teresa Medina

4/12/15

Alienta Etienne la unidad priísta

En estos días donde casi es una legión la que aspira a que su nombre aparezca en la boleta electoral rumbo a la gubernatura de Tamaulipas, Alejandro Etienne Llano le apuesta a la unidad entre los aspirantes priístas a suceder al ingeniero Egidio Torre Cantú.
Considerado uno de los personajes de mayor aprobación ciudadana por su reconocida solvencia moral, al alcalde de Victoria no se le complica la vida trascender el respeto y la amistad a sus compañeros (y virtuales contendientes), con los que sostiene la mejor de las relaciones personales y políticas.
Concordia que no se vislumbra en la oposición ni en la hipotética Mega Alianza entre el PAN y el PRD y el resto de las izquierdas diminutas, por la confrontación (más abierta que soterrada) entre el senador Francisco García Cabeza de Vaca con la dupla conformada por los ediles de Matamoros y Nuevo Laredo, Leticia Salazar Vázquez y Carlos Canturosas Villarreal, disputándose la candidatura más importante de la entidad.
Esta semana Etienne expresó que uno de los temas destacados es que todos los aspirantes a gobernar la entidad vayan en unidad, comentando de sus encuentros cordiales con el ex diputado federal Enrique Cárdenas del Avellano, así como con los legisladores Baltazar Hinojosa Ochoa y Paloma Guillén Vicente, y el propio secretario adjunto del PRI nacional Marco Antonio Bernal.
Mañana sábado, por cierto, el priísmo estatal habrá de medir su temperatura interna al celebrar su consejo político, donde la visita de Manlio Fabio Beltrones podría ser el momento propicio de examinar y revalorar sus cuadros más sobresalientes, fijar posturas y estrategias, y expedir anuncios relevantes en torno a la competición de los diferentes aspirantes.
El PRI asimismo requiere realizar profundas reflexiones cuyo punto de partida tengan que ver con los primeros tres años de gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto y las dificultades que ha enfrentado desde Los Pinos.
En ese sentido, su temática no sólo debe circunscribirse a la constante exploración de asuntos gastados ni de recurrir a engañosos termómetros, sino de consolidar su liderato político que lo llevó en julio pasado a tumbar caña en los ocho distritos electorales federales de Tamaulipas.
Para sostener ese elevado nivel en el contexto de la opinión pública es indispensable que su próximo abanderado tenga que ser (condición sine qua non) un político con alta credibilidad social, distante y ajeno a pasados controversiales y sombríos que susciten el rechazo ciudadano y faciliten a sus adversarios la oportunidad de desatar una guerra sucia, como ya lo advierte su delegado nacional Fernando de las Fuentes.
Es decir, las nuevas condiciones políticas y democráticas impiden que los aspirantes a puestos de elección popular, en este caso la gubernatura, enarbolen por un lado un presumible poder de convocatoria y por el otro carguen sobre sus hombros (sino en sus conciencias) una serie de pecados que se vuelvan en contra al momento de que el electorado deposite los votos en las urnas.
Para empezar, la posición de Alejandro Etienne genera un clima armonioso que podría ser también un inmejorable escenario para los debates internos que algunos suponen no se darán, aunque el momento democrático lo dicta y lo demanda, y su ausencia sería una nota discordante, pues las pasarelas nunca serán suficientes.
Otro aspecto crucial, revestido de interrogante, es cuál de los aspirantes garantizaría y fortalecería la prolongación de los grandes logros desarrollados por el gobierno de Egidio Torre Cantú.
Sin el riesgo de trastocar avances que la actual administración, en conjunto con los tamaulipecos, ha devuelto en buena medida la normalidad social, fundamentalmente en el sensible tema de la seguridad pública, los progresos en la salud y la educación, la notable perspectiva en materia energética, y el impulso económico que a la par ha consolidado a Tamaulipas como un destino turístico nacional.
Un balance de resultados innegables que atañen una gran responsabilidad para el sucesor.
Alejados totalmente con los deseos de poder político y de convertirse en el próximo gobernador.
LEJOS DEL COLAPSO TABASQUEÑO
Vaya escándalo nacional que la salud pública en Tabasco pase por el peor de sus momentos y que la sociedad pague hasta con su vida por la corrupción que impera en el sector salud de esa entidad.
Esa tremenda realidad nos lleva a reconocer que en Tamaulipas el colapso tabasqueño está lejos de que ocurra por la prioridad que Egidio Torre Cantú le ha dado al tema, y porque Norberto Treviño García- Manzo rebasó lo político para privilegiar la salud: la más preciada riqueza de cualquier individuo.
¡Buen día y feliz fin de semana!

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