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ORBE
Ma. Teresa Medina Marroquín
04/06/2018
PAN y PRI, ¿megafusión de última hora?
No solo resuenan las declaraciones del consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, definiendo (en términos inéditos) las campañas políticas como una competencia electoral “al límite de la ilegalidad”.
¿Habrase visto en alguno de nuestros pasados históricos, semejante expresión de un personaje clave e investido de una gran formalidad para una elección de tal magnitud?
Son tiempos que intercalados también en una nueva etapa que revela rasgos muy extraños de la política mexicana, están sobresaturados de exigencias y hartazgos hacia un genuino cambio social.
Un fenómeno político donde parece que el razonamiento mayor surgido en las últimas horas es la megafusión (no teatralizada) de dos de las principales fuerzas políticas del país, destinadas a fortalecer la resquebrajada unidad nacional.
Para otros solo se trata de un rumor alimentado por Aurelio Nuño, coordinador de campaña de José Antonio Meade, invitando abiertamente a todos los candidatos que lo deseen a integrarse al proyecto del 5 veces secretario de Estado.
¿O acaso es una absurda y desesperada ocurrencia de Nuño para avivar una campaña que según insisten merecería, por su nivel de propuesta, otro lugar en las encuestas?
Lugar al que no ha podido escalar porque Meade (ya lo decíamos el 18 de abril pasado) sigue sin reconciliarse con la sociedad, “pero soberbios, temen que si piden perdón harían el ridículo de su vida”.
Los intentos, sin embargo, poco a poco han aparecido, aunque muy tarde.
Ahora todo se centra en las supuestas “ocurrencias” de Aurelio Nuño: y hasta aquí se duda mucho, primero por salud mental y luego porque el horno no está para bollos, de que PAN y PRI no estuvieran resueltos a encabezar una lucha frontal contra quienes (así lo confirman políticos y empresarios) una vez en el poder, cambiarían y pondrían en marcha el “populismo” y el “autoritarismo”, riesgos que llevando a cabo la mencionada megafusión no estrictamente de partidos sino de intereses rumbo a la elección del 1 de julio, cimbrarían y derrumbarían el paso que lleva en las encuestas Andrés Manuel López Obrador.
Y es que para efectos reales, ambos partidos, PAN y PRI gobiernan 26 de las 32 entidades federativas (14 el PRI y 12 del PAN), más la Presidencia de la República aún en manos del Revolucionario Institucional y el dominio legislativo de estas dos fuerzas políticas todavía también en el Congreso de la Unión.
De manera que si se tratara de ejercer poder real, PAN y PRI juntos, en esa hipotética megafusión de intereses políticos, aplastarían las ambiciones que por tercera ocasión están llevando a López Obrador a buscar la Presidencia de la República.
Dudo mucho que a estas alturas donde la consigna y exceso es todo o nada desde la radical izquierda, el priísmo pierda su tiempo con sueños guajiros de unidad con el panismo.
Todo puede suceder en política de la noche a la mañana. Es así que el futuro es de nadie. Nadie tiene asegurado nada, menos una victoria electoral donde otro contendiente, Ricardo Anaya, podría ser también la cabeza de esta mega coalición frente al proyecto utópico de Morena que, increíblemente se expresa como si todo lo que afirma AMLO fuera ser cumplido.
La pregunta es si el mundo fantástico del mesías tabasqueño continuará siendo creído por tantos o si la posible fusión de proyectos de PAN y PRI (que tantas señales viene dando) finalmente nos lleve a recuperar la capacidad de asombro, perdida desde hace buen tiempo.
DISMINUYEN ACCIDENTES
Bien por el ayuntamiento de Victoria cuya Dirección de Tránsito Municipal, a cargo de Leoncio Ariel López Talamantes, intensifica la vigilancia a fin de disminuir el índice de accidentes que iban a la alza. A través de los operativos “Radar” y “Colibrí”, la autoridad vial aplica infracciones a un promedio diario de 50 conductores, generando mayor seguridad y una disminución considerable en el número de accidentes.
TAMAULIPAS EN LA AGENDA 2030
El gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca ya está totalmente incorporado a la Agenda 2030, cuyo compromiso ante la ONU es por un desarrollo sostenible que busca, por parte de diversos países de la región, reducir en gran proporción la desigualdad y la injusticia y enfrentar el cambio climático precisamente con resultados excelentes precisamente antes del año 2030.
¡Excelente inicio de semana!