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Orbe
Se tragarían su odio
4/05/2018 – Racionalmente ya no se sabe si los políticos no quieren servirle en lo mínimo a los mexicanos o si tienen serias dificultades para entender la tragedia que tienen encima.
La cuestión se discierne de semejante manera, habida cuenta de que en el mal que le causan a la gente, ellos también se lo infligen.
Una peligrosa espada de dos filos.
Ya no se trata de dos mundos que solían cohabitar hasta cierto punto en una forma casi milagrosa, sino de un futuro donde los poderosos también sufrirán esa tragedia, salvo que se refugien en Marte.
El enorme problema que ahora enfrentan los llamados poderosos (políticos y magnates) es la dicotomía entre el poder que detentan y la fuerza de la oposición que con sus acciones le reconocen a Andrés Manuel López Obrador.
¿Cómo equilibrar y matizar estos extremos que se observan venir de la forma más peligrosa?
Uno que indica que el poder desesperado tomará medidas criminales contra quien no puede alcanzar en las encuestas, por más que lo ataque y le eche montón.
Otra “estrategia”, ya lo decíamos el lunes, es la de un supuesto fraude que el PRI operaría vaciando las casillas electorales el 1 de julio.
¿EL PRI IRÍA CON AMLO?
Y la otra es que Ricardo Anaya se sume a la causa de José Antonio Meade, dejándole el camino libre (o al revés). Un rumor de voto útil que crece constantemente, y que sin embargo el PRI nacional descarta por la enorme distancia ideológica con la derecha representada por el PAN.
Incluso el PRI insiste en que esa alianza no sucederá “por los agravios gigantescos de Ricardo Anaya hacia nosotros”.
Lo anterior en voz de Rubén Moreira, ex gobernador de Coahuila y actual secretario de Operación Política del CEN del PRI.
Pero el pragmatismo a ultranza está muy por encima de Moreira y hasta del mismo Javier Lozano, cuyo rencor lo llevó al extremo de declararle al periodista Víctor Sánchez que es más fácil que el PRI vaya con AMLO que con Anaya, sobre todo porque éste último insultó al priísmo y al presidente Enrique Peña Nieto; rematando que eso es imperdonable.
No obstante, ese odio se lo tragarían, pues el PRI sabe que si no retiene el poder ahora quizá nunca lo volverá a hacer.
La urgencia entonces es sumar, no restar. Y el fin justifica los medios, no importa que el aliado haya sido el adversario que se convirtió en un enemigo casi a muerte.
Pues lo importante -en esa desesperación- es no dejar ir el poder, compartiendo con quienes (después de todo) han sido sus aliados en la conformación de las reformas emprendidas por el presidente Enrique Peña Nieto.
La pregunta es cómo disuadir al electorado de que la marca política que todos consumían dejó de tener el producto más popular, convencidos casi todos de que AMLO trae en su poder el nuevo y mejor producto que a la sociedad le conviene consumir.
Y lo trae no por su elocuencia (bien lo sabemos) sino porque cada vez que el PRI en el poder aplica sus proyectos, estos resultan tan ineficaces que son vistos por la población como antiquísimos pergaminos ajenos a los nuevos tiempos.
Un fenómeno que acumula desconfianza, generándole credibilidad a los radicales y muchísimos incrédulos, escépticos y gente que le perdió la confianza a un sistema político que por mucho que se diga renovado y moderno, no puede dejar de ser demonizado como la corporación en el poder que sólo defiende, conserva e impulsa sus intereses, aunque su propio edificio ahora esté ardiendo en llamas.
MUCHA ENERGÍA LIMPIA
Las energías limpias en Tamaulipas son un proyecto al que le llegó su tiempo de protagonismo. Recién acaba de anunciar el Comisionado de Energía, Andrés Fusco Clynes la construcción de tres parques eólicos, uno de ellos sería el más grande del país, cuyo conjunto derramaría una inversión de mil millones de pesos, suministrando una energía limpia equivalente al consumo de 350 mil hogares en El Cortijo ubicado en Reynosa, además del Salitrillos, mientras que la empresa Zuma Energía abastecerá esa energía limpia para cerca de un millón de habitantes. Buenas noticias para Tamaulipas y aportación extraordinaria contra el cambio climático.