Ma. Teresa Medina Marroquín
23/11/15
Los Caifases de la perdición
Del conjunto de mensajes que más trascendieron del Quinto Informe de Egidio Torre Cantú, es donde el mandatario expresa:
“Sigamos haciendo más grande y más fuerte a Tamaulipas, hagámoslo juntos porque nada es más grande que un pueblo unido y nada es más fuerte que su voluntad de progreso”.
El enunciado no sólo debe verse desde un contexto meramente discursivo, sino por lo que suscita en el presente y generará en el futuro.
Torre Cantú ha convocado desde hace cinco años a un amplio proceso político que renueve las estructuras sociales y económicas de la entidad, como ocurrió con las naciones desarrolladas cuando enfrentaron fenómenos similares.
Quiero decir que en los nuevos tiempos no se trata de usar ni de abusar de términos poco convincentes del pasado político reciente.
En todo caso se trata, una vez más, de convocar a la unidad del pueblo tamaulipeco cuya fortaleza nadie será capaz de destruir sus bases ni su destino.
Mucho menos ceder ante hechos dolorosos ni crisis temporales que históricamente han sido derrotados por el coraje y la convicción de una ciudadanía que permaneció unida, por largas que fueran las batallas.
Este proyecto social tiene desde luego alcances electorales que no precisamente aluden, sino definen conceptos claramente exigidos por la sociedad.
Y en cuya esperanza va la decisión de que los candidatos a puestos de elección popular posean la capacidad de formar buenos gobiernos y que tengan prestigio y cualidades de responderle a sus representados con una transparencia traducida en genuina rendición de cuentas.
Incluso volver a precisar los significados de “pueblo” y “autoridad” como el de “gobernante” y “gobernado”, e impulsar los de “mandante” (el que manda) y “mandatario” (que debe cumplir las órdenes encomendadas por el primero).
En ese sentido, ¿cuántos aspirantes a la gubernatura de Tamaulipas, a las alcaldías y a las diputaciones locales, cuentan con la trayectoria de haberse desempeñado con calidad y eficacia en el ejercicio público?
¿Quiénes son aquellos políticos que han sabido vincular, dentro de sus trayectorias, el gobierno con la virtud?
¿Cuántos de estos aspirantes llegarán a las campañas formales sin reproche alguno?
Las respuestas no son sencillas no sólo porque las preguntas sean difíciles, sino porque la decencia adquirió centralidad y relevancia decisivas en esta época y en todo el orbe.
Y no importa el conjunto de partidos o candidaturas independientes, lo que importa es evitar que los Caifases sigan adueñándose del templo y lo conviertan en una completa perdición.
Paralelo a este movimiento de cambio, la gente sigue abogando por las soluciones democráticas, las cuales, en ese marco de competencia, llevaron antier al diputado Baltazar Hinojosa Ochoa a “autodestaparse” formalmente como aspirante a la gubernatura.
Evidentemente el presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados se encontrará en el camino con otras figuras de gran arraigo y sólida trayectoria como el ex diputado federal Enrique Cárdenas del Avellano que también aspira a gobernar Tamaulipas.
Y cuyo trabajo y prestigio, lo mantienen en medio de los reflectores y en el ánimo de la ciudadanía, por su estilo franco y la sencillez con que trata a la gente.
Y el tema no es señalar que Enrique supere en popularidad a Baltazar, de quien sólo conocemos su paso por diversos cargos públicos.
Sin embargo, Cárdenas del Avellano, también ha recorrido ampliamente el camino político como pocos; tiene carácter, mucho trabajo, buenos resultados y el ejemplo de su padre, don Enrique Cárdenas González, gobernador de Tamaulipas de 1975 a 1981.
¿Quién será, al menos por el PRI, el candidato idóneo? ¿Enrique, Baltazar, Marco, Ramiro, Alejandro o quién? Mientras la moneda está en el aire, sólo diremos que el próximo gobernador será quien cumpla todos y cada uno de los requisitos y cualidades señalados.
Una trayectoria limpia y reconocida, ajena a intereses extraños y a privilegios que deben quedar enterrados en el pasado y que no contribuyeron a la construcción del estado y que hoy son las causas de los problemas que por fortuna ha enfrentado, con mucho esfuerzo y talento, Egidio Torre Cantú.
¡Buenos días y excelente inicio de semana!
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