Ma. Teresa Medina
13/11/15
Ajustando cuentas con el pasado
Urge, si es que esta palabra todavía se respeta, que nuestros políticos no continúen cayendo en la trampa donde unos con otros se vigilan y hasta se instalan equipos de espionaje. Aún no entienden muchos de ellos que el fondo de la cuestión es desarrollar (en serio) la transparencia, la legalidad y la justicia social.
A ese paso todos los actores públicos estarán subordinados a semejante desmesura, cuando lo que exige la gente no es una utópica renovación moral (que es mucho pedir desde Miguel de la Madrid) sino que cada individuo metido a política discierna que México no puede continuar en un eterno conflicto de poderes partidistas distante de la pluralidad creativa.
¿En verdad funcionaría la luminiscente idea de transmitir en vivo las licitaciones de obra pública, aquí y en todos lados?
Al rato (en ese cuento de nunca acabar) terminarán -sin proponérselo- por implantar aquellos controles soviéticos-cubanos.
Otra vez, el párrafo segundo es lo importante. Y no burocratizar la burocracia con medidas extremas.
En esa dirección conflictuada: ¿es correcto (y justo) que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong afirme que los gobiernos de Guerrero no cumplieron con los propósitos de fortalecer la seguridad pública?
¿Acaso los gobernadores de ese estado fueron la causa principal de un fenómeno criminal que azota a escala mundial, en cuyos trasfondos se ocultan (lo que ya es un decir) los grandes intereses de Estados Unidos y de otras potencias?
No olvidemos que esas naciones y sus socios multimillonarios, dueños del dinero, no les conviene en absoluto (más de Perogrullo) que el resto de los países ingresen a nuevos tiempos civilizatorios.
Pues el negocio ya no sería tan boyante. Uno de ellos el de la fabricación y venta de armas.
¿Habla bien de algunos políticos opositores de Tamaulipas el hecho de que no reconozcan los esfuerzos, la fuerte derrama presupuestal a la vista y los resultados de la administración del gobernador Egidio Torre Cantú?
Cierto que nadie en sus cabales puede decir que las cosas están resueltas al cien por ciento. El mismo Torre Cantú ha reconocido que aún faltan cosas por hacer. Sin embargo, la entidad no es cualquier territorio de la geografía nacional, es un estado fronterizo que por su estratégica ubicación, cercanía con los Estados Unidos y su red de comunicaciones es sumamente ambicionable para buenos… y malos.
A todo esto, el PRI como partido en el poder asume aquí y en el DF su convicción de cambio y de ajustar cuentas con el pasado para presentarse competitivo en los comicios del 2016.
Por cierto, un atento lector nos recuerda, por nuestra nota del miércoles, que ya no serán 12 las gubernaturas en juego para el 2016, sino 13, por la anulación reciente de las elecciones en Colima donde el triunfo del PRI fue anulado por las autoridades electorales. Por tal motivo el INE aprobó el calendario de esa elección extraordinaria que iniciará el 20 de noviembre con las precampañas, las cuales durarán 11 días, en tanto las campañas serán de 35 días, celebrándose la jornada electoral el 17 de enero según ordenó el Congreso Local de ese estado.
La conclusión es que si la mayoría de los partidos políticos insisten en darle rienda suelta a sus conflictos cupulares, aferrándose a no enmendar los errores del pasado, y pese a ello asistir al proceso electoral del próximo año, los resultados serán adversos para sus candidatos. Por lo pronto, aquí en la entidad el panorama que la propia oposición se ha encargado de difundir es el antagonismo entre los alcaldes panistas de Matamoros y Nuevo Laredo con su correligionario Francisco García Cabeza de Vaca. Ese conflicto abierto de los principales aspirantes del PAN a la gubernatura, alejado de una reconciliación que no se ve venir por ningún lado, ya está en el ánimo del electorado. O lo mismo, que el fantasma de la derrota los ronda.
De ahí que el priísmo y sus aspirantes, desde Marco Antonio Bernal, pasando por Enrique Cárdenas del Avellano, Alejandro Etienne Llano, Ramiro Ramos Salinas, Paloma Guillén, hasta Alejandro Guevara y Edgar Melhem Salinas, mejor se estén llevando la fiesta en paz en medio de una tradición que sorprende porque asume las lecciones de su historia, regulando los impulsos a pesar que entre ellos hay uno que otro muy desesperado.
¡Buenos días y feliz fin de semana!