Nuestros Columnistas Locales


OPTIMUS


Jorge Alberto Pérez González

26/03/2017

Bien quemado

La transición serena de candidato a gobernador fue muy notoria, la falta de muestras de júbilo, las declaraciones tranquilas ante el inobjetable triunfo, hicieron ver a simpatizantes y a no-simpatizantes, que había ganado un hombre maduro, con suficiente credibilidad y capacidad para convencer a todo un pueblo hastiado y asqueado.
Tenía buenos asesores en campaña, no queda duda, cuando vemos los exabruptos cometidos ya con el poder en sus manos, los políticos ambiciosos se muestran tal cual son y serán, en los primeros seis meses en el cargo.
Algo que los caracteriza a todos, sean del color que sean, es que no les gusta cumplir los compromisos adquiridos, con puntualidad inglesa ellos olvidan todo en el momento justo de decir “Sí protesto”.
Y esto tiene su lógica. El prometer no empobrece, cumplir es lo que aniquila.
Grande es la horda de muertos vivientes que pulula por las avenidas de Cd. Victoria, todos con la promesa guardada en su mente, que sin testigo de por medio, les hiciera el candidato.
Algunos ingenuos ya regresaron a Reynosa, otros, siguen como perro faldero la caravana a donde vaya, buscando evadir el séquito para cuando menos cruzar la mirada con el poderoso, y hacerle ver que tiene un pendiente.
La verdad es que tiene muchos y no los va a cumplir, porque esos fueron usados como carne de cañón, solo para la ocasión ya no se necesitan aliados, ni testigos, lo que se requiere es de cómplices para poder alcanzar el sueño dorado de acumular fortuna para después no poder disfrutarla, porque así le hicieron los otros.
Siempre hay una mano que mece la cuna, no debemos de olvidarlo, como tampoco la contundente verdad de que hasta los perritos a los 15 días abren los ojos.
La UAT es el ring donde se discuten las condiciones, es una especie de catalizador que permite medir fuerzas, por ello, los desleales soñadores ya fueron puestos en su lugar, ¿cómo? con el látigo del desprecio emanado de la lengua del señor feudal.
El acero también se dobla, pero hay que ser pacientes, muy pacientes para que lo hagas sin fisuras, pero también sin filo, porque nunca sabes cuándo te pueda amenazar.
Nuevo Laredo es la arena donde se vierte la sangre del sacrificio a los dioses. Para arrastrar conciencias, nada mejor que el miedo.
Tampico y su zona conurbada son la cumbre de turismo estatal, con inversión suficiente como para merecer nota especial de El Mundo de España. Reynosa sigue siendo la joya de la corona, aunque su reina no caiga a pesar de los esfuerzos del Congreso local.
Río Bravo y su soberbia, al igual que la de Tampico se basa en que usaron siglas prestadas, así que el futuro no les importa, sea como sea, los ediles caerán parados, hasta que el pueblo se entere de la verdad. Matamoros es una raya en el agua, pues la habilidad política del alcalde da para eso y más. Cd. Victoria es otra cosa, ahí no gobierna ningún partido, otros son los factores de poder que obligan a doblar las manos, a perder conciencia de lo real y a enfrentarse con lo que tanto criticaron y que ahora demuestran no poder controlar.
Eso se ve en el manejo de la información, al estilo la «Chimoltrufia» como dice una cosa, dice la otra, un día echa al Ejército de las calles y al otro día lo niega todo.
Algo contundente es que así comenzó Veracruz y terminó asesinando periodistas después de desacreditarlos públicamente desde el estado. No anticipo nada, solo analizo el estilo de gobernar, sin cuestionar el viaje a China.
Todavía faltan cinco días para completar los seis meses de ejercicio y el gobernador de ustedes, como el penal de Cd. Victoria, está BIEN QUEMADO.

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