Jorge Alberto Pérez González
19/03/2017
LE QUEDÓ GRANDE LA PERRA
Continúa el tema de los migrantes en la línea editorial de las televisoras nacionales, desde el punto de vista distractor ha sido un gran acierto, pues no se han visto en la penosa necesidad de revivir al “chupacabras” ni tampoco a “las vacas locas”, mucho menos a la “influenza aviar” o a los virus exóticos esos provenientes de no sé dónde, se identifican con números y letras que provocan errores disléxicos, como el “AH1N1”.
No podemos negar que, a consecuencia de los riesgos de salud pública que en efecto alarman a la población mexicana, la secretaría responsable aumenta su inversión en alertas, sobre todo cuando hay veda electoral, ya veremos en el 2018 de que nos vamos a enfermar.
Considerando que el Sector Salud siempre ha hecho todo lo necesario para mantener informada a la comunidad en temas delicados, mismos que nos llevan al planteamiento claro y preciso del contrabando, pues conociendo el gran espíritu mercantil norteamericano y la baja moral de algunos ciudadanos mexicanos, no nos queda la menor duda de que a riesgo de la salud pública, surjan nuevos millonarios de la noche a la mañana tan sólo en el 2018.
Y esto para los habitantes de la frontera no es ninguna novedad, pues algunos inconscientes consideran al contrabando, simple y sencillamente como una actividad comercial lucrativa.
Y hasta se ofenden cuando los confunden con narcotraficantes, pues en su tabla axiológica, los valores, como los dólares, tienen fluctuaciones normales, a veces al alza, que es cuando más se les nota y a veces a la baja, que es cuando no se les ve por ningún lado.
Queda claro que esta actitud es producto de las costumbres añejas de una sociedad, que ve con naturalidad la bonanza y que confunde con facilidad la inteligencia con la astucia y la honradez con la honestidad.
Las simulaciones de las autoridades federales ante esta problemática es el diario vivir, y aunque debe de estar enterado Peña Nieto, -al menos eso suponemos-, debería de realizar acciones contundentes y eficaces, que alejen a los delincuentes de los patios aduaneros.
En este delito incurren; los policías fiscales al aceptar dádivas para permitir el paso por los puentes internacionales, los de la Federal Preventiva al poner a cuota por circular por las carreteras y el Mando Único por, precisamente no investigar y hacerse de la “vista gorda”.
Quien paga la cadena al final de cuentas, es el comprador de la mercancía ilegal, pues en el precio final está incluido cada uno de los embutes otorgados. Pero esos son temas nacionales que sólo afectan de Tijuana a Matamoros, así que para qué investigar, además ya no sólo cobran cuota, moche o embute a lo ilegal, también a lo perfectamente documentado y esto fue tema de otra nota nacional.
Aquí en Matamoros tomó revuelo la supuesta hipoteca del Puente Viejo y tuvo que salir a explicar el tema el ex alcalde Alfonso Sánchez, pero lejos de aclarar sobre los 30 años más de concesión a B&M, se limitó a decir que fue más arriba donde se tomaron esas decisiones, demostrando que para él, el 115 constitucional se redactó sobre papel enrollado, de ese que se utiliza regularmente para usarse en el baño. (El papiro es muy grueso y el periódico muy sucio.)
Ahora hay que buscar la versión de los diputados federales de entonces, Baltazar Hinojosa y Leticia Salazar, ellos sin duda, pues estaban y siguen estando más arriba de Poncho, seguramente tendrán la respuesta sobre ese negocio, perdón, sobre esa concesión ampliada.
Pero pasemos a cosas más interesantes, la semana pasado el Ringo, perro enano pariente de Snoopy, tuvo un ayuno espectacular que nada tuvo que ver con el inicio de la cuaresma, pues recibió la visita de la Becky, perrita hermosa de largas piernas, cintura estrecha, poco peso, (así se usa ahora), ojos enormes de avellana y temperamento receptivo en su periodo de estro.
El Ringo se puso feliz, desde hace varios meses cuando accedió a la mayoría de edad, promovió por las redes sociales su interés en buscar novia y gracias a ello la consiguió.
Sin embargo, su emoción se convirtió en frustración, pues esas largas y hermosos cuartos traseros se convirtieron en un inconveniente difícil de superar, el sobrepeso del Ringo y sus ansias de novillero, hicieron que las ganas se convirtieran en desesperación por lograr su objetivo. (Perpetuar la especie.)
Una semana completa duró la luna de miel, la Becky siempre dispuesta, se agachaba, se colocaba junto al escalón de la puerta a la cocina, pero ni así el Ringo la alcanzaba y es que al ras del suelo le quedaba alta y en el escalón le quedaba baja. (Yo no sabía que los Beagle venían en diferentes tamaños y por lo que veo el ringo tampoco.)
Quien disfrutó el espectáculo fue el Bruno, enorme perro Labrador adolescente quien recién cumplió el año de edad y veía con interés, desde el otro lado de la verja, los intentos infructuosos del perro enano, ya cuando su lengua húmeda tocó el piso, (la del Bruno) me ví en la necesidad de encerrarlo, pues no me quiero imaginar el resultado final, si el Labrador agachándose hacia suya a la Beagle.
Mala fama pues para el Ringo, quien se dedicó una semana tan sólo a bailar reggaetón, sin consecuencias creo, salvo su pérdida de masa corporal, pues definitivamente LE QUEDÓ GRANDE LA PERRA.