OPTIMUS

Jorge Alberto Pérez González

12/03/2017

JUSTICIA A SECAS

Al gobernador de ustedes se le está enrareciendo el ambiente, hay quien piensa que todo es planeado y obedece a una clara estrategia para sembrar miedo y poder dominar a los grupos.
Al hablar de grupos no necesariamente nos referimos a los grupos de poder político, ya que existen otros grupos de respeto que también requieren de atención, pues de su actuar depende la percepción que se tenga sobre la inseguridad, tema sensible en la sociedad que motiva y mucho la decisión del voto.
Como si el voto sirviera
La campaña de los vientos del cambio se basó principalmente en el tema de la falta de seguridad para el ciudadano común, el éxito sustentado en una estrategia soportada desde las redes sociales fue contundente, despeinaron bastante al candidato del PRI y desplumaron las alas del partido que hasta esa elección era el único que había gobernado Tamaulipas.
No podemos negar que tuvo ayuda extraordinaria, pues Egidio Torre Cantú, gobernador de entonces, desde el inicio de su administración dio visos de pensar exactamente como Ernesto Zedillo, es decir, nada de investigación efectiva del magnicidio, pero gran afinidad para convertirse en los gobernantes que entregaban a otro partido la estafeta.
Así se maneja la historia, con un principio y un fin, tan importante es el primero como el último, aunque este haya logrado el objetivo con inacción, muchos de los actos al inicio de la administración hicieron ver con claridad el sendero pavimentado.
La violencia crece en todos los sentidos en el Estado, la sociedad lo percibe, las escasas notas lo consignan y las redes sociales, esas que les ayudaron a soplar, poco a poco van percatándose de que fueron usadas y gradualmente aspiran y exhalan su enojo.
Las anécdotas se acumulan; asaltos a mano armada, extorsiones previo aviso, secuestros exprés, despojo de automóvil y asesinato al azar.
Un poco de historia nos permite recordar que Eugenio Hernández Flores, ex gobernador de Tamaulipas, nunca pudo remontar la mala imagen que le dio una expresión desafortunada al considerar la ola de secuestros en Tampico como “Hechos Aislados”.
No hay evidencia, pero si quien dijo entonces, que ante el secuestro de la esposa de un empresario y el reclamo en Palacio de Gobierno, la respuesta fue contundente: “Arréglense”.
Como Poncio Pilatos se lavó las manos y le atribuyó al “Crimen Permitido” la responsabilidad de los hechos, pero con la sentencia de los abogados de oficio, “Más vale un mal arreglo que un buen pleito”.
Al inicio de esta administración, el gobernador de ustedes inició una campaña mediática para señalar a los malos Notarios Públicos, anticipando que serían investigados y retirados sus FIATs, la sociedad entera percibió que se refería a aquellos que han servido por años a los integrantes del crimen para legalizar sus extorsiones, pero no fue así, inició su andanada con dos notarios de prestigio, por un asunto de una compraventa de una casa de un millón de pesos, pero dejando en el colectivo la percepción de que se trató de un millón de pesos de ganancias para ellos.
Hoy la sociedad percibe algo más, sobre todo después de conocerse la noticia de dos Notarios secuestrados en la misma semana en la ciudad de Reynosa, casualidades que no encajan en el análisis sereno, más cuando uno ya fue liberado muy al estilo de Alan Pulido, sólo faltó la foto oficial con el héroe.
Mientras tanto la prepotencia y el abuso de los servidores públicos cada vez es más notoria; un periodista golpeado en Río Bravo, un ciudadano en un gimnasio en Victoria, y ambos hechos adjudicados a orden explícita para guaruras de funcionarios.
¡Y apenas van 5 meses y 12 días!
Existe una frase que se le ha adjudicado históricamente a Benito Juárez, aunque no encuentro el soporte para poder afirmarlo, pero sin duda, hoy en Tamaulipas cobra vigencia y pareciera patente de corso; A mis amigos: justicia y gracia; a mis enemigos: JUSTICIA A SECAS.

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