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OPTIMUS
Jorge Alberto Pérez González
18/09/2016
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Sentimientos de la Nación
Por extraño que parezca todo tiene una razón de ser, un origen y un porqué, si bien ya pocas veces participan mis perros en estas colaboraciones, no hay razón para preocuparse por ello, pues obedece simplemente a que la jauría está muy ocupada en su etapa de crecimiento y reacomodo físico.
Sí, La Canora se irá sola, siempre fue una perra huraña y alejada de todos los de su especie, así que el futuro que le depara es únicamente el que ella se labró.
La Venus se fue a vivir a casa de mi padre, pues sus viejos perros pasaron a formar estrellas en el cielo canino, ahí vive y acompaña a El Roquillo, muy bonito descendiente de La Serenna, quien ahora se hace cargo de la oficina, mientras llega su compañía, La Becka quien se mantiene en la casa ganando kilos para no correr el riesgo de que libre los barrotes y se convierta en una perra callejera del centro de la ciudad.
Tanto movimiento social impide tener pláticas interesantes con El Ringo, pues desde que llegaron los cachorros él ha asumido la patria potestad de ambos, ya que el padre biológico El Choco no fue ni siquiera a conocerlos.
Tanto trabajo de educación para un padrastro ha sido agobiante, así que no tiene tiempo para analizar los acontecimientos recientes de la política nacional, internacional ni galáctica.
Presiento que El Bruno, el menor de los cachorros, será un gran apoyo a futuro, pues tiene todas las características de El Kalusha, aquel hermoso perro labrador negro, perdón, de color, ya que es sereno, tranquilo, cauteloso y nada “aracloso”. Además tiene una cara de asesor gubernamental muy interesante, los cachetes caídos, los ojos tristes y una gran “perronalidad”.
Mientras tanto sin asesoría canina, tendremos que comentar aquí los grandes esfuerzos mediáticos para imponer una insurrección solo vista por los analistas del centro del país.
A muchos se les olvida que todo levantamiento social requiere de una figura épica y esa todavía no aparece, pues los analistas tienen la coraza de la libertad de expresión, misma que les sirve solo para hacer leña del árbol caído, pero nunca suficiente como para provocar un incendio forestal que invada el territorio nacional.
Los festejos del 16 de septiembre exacerban el ánimo patriótico, nada más, la gente acude la noche del grito para festejar a la nación no para vitorear al presidente o gobernador en turno, eso no va a cambiar nunca, aunque algunos gobernantes se sientan receptores de los “Vivas” y su ego los transporte a la época de los hacedores de la Patria.
Los llamados para denostar se pierden en el alud de las expresiones de júbilo de los asistentes, porque otros son los motivos que nos llevan a recordar la historia, vamos, ni siquiera el recuerdo del grito original se hace con dedicatoria actual: “Muera el mal gobierno”.
Los festejos de la noche del Grito se remontan a 30 años antes de la llegada de Porfirio Díaz, así que no se le puede adjudicar la intención de festejar su cumpleaños, el día feriado del 16, hizo que los festejos etílicos previos con pulque y tequila, le dieran el verdadero significado de fiesta popular que se mantiene hasta nuestros días.
El odio ancestral por los Gachupines hoy lo quieren tornar hacia el mal gobierno, craso error pues los malos gobiernos han sido todos independientemente de donde vengan o de qué color sean sus banderas.
Hasta nuestros días las cosas se mantienen así; el ego hace destrozos en el alma de los gobernantes, el poder enferma a los políticos inteligentes y convierte en pendejo a cualquiera que los represente, la gente acude a celebrar lo que sus ancestros le enseñaron, los mueve el sentimiento nada más, no acuden como muchos piensan, a rendir pleitesía a los que detentan el poder momentáneamente.
Tal vez hoy es el momento oportuno de releer y sorprendernos con el documento que presentó en 1813 José María Morelos y Pavón al Congreso de Chilpancingo bajo el título de: SENTIMIENTOS DE LA NACIÓN.