Jorge Alberto Pérez González
07/02/2016
Puros panchos y tongos
Al Ringo, perro enano pariente de “Snoopy” ahora le gusta el boxeo, se ha convertido en un apasionado seguidor del pugilismo y me ha contado una historia, que definitivamente tengo que compartir con ustedes amables lectores.
Dice con alboroto notable en sus orejas y la cola, que esto se está poniendo bueno, que han saltado al ring dos boxeadores de categoría, inferior, pero al fin categoría, con una cartelera integrada por un lado, con Francisco “Pulgarcito” Elizondo y en la otra esquina el afamado Francisco “Cavuachi”.
Gran expectación entre los integrantes de la familia de sangre azul, pues este match sin duda les permitirá decidir quién de los dos es el bueno, pues el malo, es de sobra conocido.
Sin embargo las cosas no sucedieron de la manera correcta, pues al inicio del combate, el réferi, consideró algo que nadie tomó en cuenta, pues resulta que la diferencia en envergadura daba ventajas notables al señor “Cavuachi”, pues la distancia entre sus brazos en cruz, superaba notoriamente la de “Pulgarcito”, dicen los que lo vieron, que estos alcanzaban fácilmente la distancia de los enromes cuernos que adornan su cabeza.
Lo curioso del caso es que el sparring, perdón “Pulgarcito” no se quejó, sino el réferi de apelativo IETAM, que ha de ser extranjero, porque de inmediato fue protestado por el coach, a quien conocen como el Truco, pues entrena a los dos pugilistas y en las apuestas clandestinas le invierte la misma cantidad a ambos para nunca perder dinero.
La sanción fue terrible, de los 10 asaltos pactados les suspendieron 5, razón que incomodó mucho a la esquina de “Cavuachi” pues 5 asaltos dejan mucho, -dicen que lo oyeron decir-, y él, en eso de los asaltos es un hombre muy, pero muy experimentado.
El cuadrilátero quedó vacío, había que esperar que pasaran los 5 rounds para poder verlos en acción, así que los chicos malos de la prensa se dedicaron a entrevistar en Ringside a los asistentes para saber las reacciones.
El promotor de la pelea consideró exagerada la sanción, dijo que aunque a todas luces se veía la diferencia de tamaño y de peso, el “Pulgarcito” tiene fama de fajador, (lo vieron una vez en el estacionamiento del Congreso), pero además, su arma secreta radica en la saliva, pues ni el protector bucal impide que se convierta en un arma letal.
Ahí en primera fila estaba Memo “Rentaría” famoso promotor de Tijuana que trae de novedad al “Bronco Pony” y pues está interesado en subir al ring a su pupilo, que está altamente calificado en eso de las peleas de lodo.
Muy cerca de él estaba con sonrisa pícara, el afamado “Basaltar de Hinojos”, peleador europeo que espera el resultado para saber a quién se enfrentará en el futuro, sus palabras fueron muy comedidas, pues dijo escuetamente: “Los pleitos ni ganados son buenos”.
La espera terminó y dio comienzo el combate en el round 6, “Pulgarcito” de gran habilidad en el juego de pies, recorría de un lado al otro el cuadrilátero, mientras el cornudo de “Cavuachi” en forma torpe trataba de seguirlo, recibiendo un uppercut, directamente en las gónadas justo al momento en que sonaba la campana.
Excuso decirles la pena que le dio a “Pulgarcito” quien fue directo a la esquina de su oponente a pedirle disculpas tres veces.
Los rounds 7, 8 y 9, fueron muy similares, a pesar del largo alcance de “Cavuachi” no lograba conectar ningún jab, ningún gancho y le desesperaba notablemente los clinch que regularmente le aplicaba el “Pulgarcito”, pues la cabeza daba exactamente en donde el uppercut del asalto 6 fue a parar.
El round 10 demostró lo que se esperaba, “Pulgarcito” ya fatigado dejó de correr, mientras que “Cavuachi” con los brazos cansados, por fin usó la Cabeza y con dos derrotes que más bien fueron rozones de los largos cuernos, uno en la mejilla derecha y otro en el pómulo izquierdo, hicieron que “Pulgarcito” cayera para escuchar el conteo del réferi INE, pues a estas alturas ya habían logrado el cambio, pero al llegar el conteo al número 8, el “Pulgarcito” se quiso parar, lo que obligó al coach el Truco, a aventar la toalla, dándole entre la oreja y la ceja, golpe que le dolió más que los dos rozones de “Cavuachi”.
Y ahí terminó todo, dice el Ringo que esta pelea no fue tal, que más bien se le puede titular, PUROS PANCHOS Y TONGOS.