Jorge Alberto Pérez González
6/12/2015
Jesús Roberto y Mónica
En Matamoros las cosas ya están decididas, no hay duda al respecto, las opciones no serán múltiples sino acotadas, limitadas por la urgencia de cumplir los tiempos y los compromisos y rebasadas por la conciencia de muchos que saben que no hay remedio cuando los astros se alinean.
A Jesús Roberto Guerra Velazco lo conozco por trabajo, cuando fue presidente municipal tuve la invitación personal de Humberto García Arizpe, para colaborar como Jefe de Compras en la última administración de la Junta de Aguas y Drenaje de Matamoros que ha operado con números negros.
Sé que a muchos no les gustó esto que leyeron arriba, a ellos, les cedo mi espacio el próximo domingo para que demuestren con documentos, que es mentira que las únicas administraciones que han operado con números negros la JAD son las que encabezaron, Florentino Cuéllar y Humberto García, ambas el siglo pasado.
En su tiempo Jesús Roberto fue duramente criticado por endeudar a Matamoros al adquirir un préstamo de BANOBRAS para la construcción de la Planta Potabilizadora número 2, la que está en la colonia Puerto Rico, pero gracias a esa visión esta ciudad pudo crecer y el servicio que brindó en su tiempo, permitió el posicionamiento de la ciudad como la más industrializada del Estado, gracias a las maquiladoras.
Jamás le reconocieron a esa administración sus logros, al contrario siempre trataron de minimizar el esfuerzo realizado, tan es así que más de 20 años después, cuando Baltazar Hinojosa siendo presidente municipal efectuó el último pago del crédito adquirido, resaltó más la desaparición de la deuda, que las bondades conquistadas con una planta que todavía tiene espacio para crecer y hacer crecer a una ciudad estancada.
Mónica González García, ha desarrollado su imagen junto al desarrollo de la industria maquiladora en Matamoros, en forma circunstancial ingresa al servicio público y su leal desempeño, aunado a los logros obtenidos, la consolidan como la carta a jugar de acuerdo al tablero político que en estos momentos prevalece.
No hay quien dude que sea nominada, aunque el esfuerzo por arrebatarle la estafeta sea mayor en dos ex presidentes municipales, Erick Silva y Alfonso Sánchez.
Poncho es yerno de Jesús Roberto, por ello hay quien piensa que su incursión obedece más a la intención de presionar la decisión para que, al quedar en familia, el suegro regrese a su habitual estilo de vida.
Quienes así piensan, tal vez estén equivocados, su activismo desde hace dos años, permite vislumbrar que su Asociación Civil, le podría alcanzar para demostrar que todavía quedan restos de humedad.
El factor del poder municipal está minimizado por la simple y sencilla razón de que ya está decidido el sparring que subirán al ring; tiene dinero, tiene padrino, tiene ilusiones, pero desde luego, no tiene vergüenza, cualidad sumamente necesaria en estas circunstancias.
Hace algunos años, cuando todavía no existían las redes sociales, Jesús Roberto comentó su interés en regresar a la política, esto le acarreo una andanada contraria en la prensa escrita, aprovechada por sus falsos amigos para endilgármela a mí, afortunadamente él sabe que lo que pienso lo escribo, que lo que escribo lo firmo, lo que firmo lo publico y lo que publico lo sostengo.
Por ello en el análisis sereno, puedo compartir con los lectores, que no se ve en el panorama político de Matamoros más que las figuras de JESÚS ROBERTO Y MÓNICA.