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OPTIMUS


Jorge A. Pérez González

29/10/2017

¡Ya me toca!

El gobierno federal se puso las pilas, mandó todo un regimiento a Río Bravo TAM esta semana, todo con el fin de brindar a los pobladores la paz que tanto añoran, muchos se preguntan, ¿Por qué sólo a Río Bravo? La pregunta no pretende dar visos de envidia de la buena, la pregunta se la hacen los habitantes de Reynosa y de Ciudad Victoria, pues son quienes más han sufrido los embates del crimen permitido. Si hubiera una manera lógica de operar, se pensaría que la capital y la ciudad más próspera deberían de ser tomadas en cuenta primero, pero dejemos sembrada la duda, pues tal vez la inteligencia militar ha detectado como zona de alto riesgo la ciudad que recibe el nombre del río más famoso de México. Como siempre sucede no hay un comunicado oficial sobre la iniciativa ni de quien fue la gestión, tampoco por razones de sigilo, la forma en que operará este regimiento que mediante videos en redes sociales se pudo apreciar en las principales avenidas de esa ciudad fronteriza. 29 unidades artilladas recorrieron las calles en caravana, muchos los vieron con asombro, pues iban encabezadas por una unidad blindada, de las que denominan RINO, y al final como cabo, otra de este mismo tipo, en total 31 vehículos del Ejército, con los cuales, según los reporteros aficionados, Río Bravo queda blindado.
La profusión del video en las redes hizo que muchos elevaran sus ruegos para que con esa ayuda caída del cielo, (dicen que llegaron en avión), se resuelva de una vez por todas, el clima de inseguridad que ha abatido al comercio y la moral de los habitantes. Lo malo fue que junto con la difusión de las imágenes, comenzaron a circular también, mensajes catastróficos invitando a la población a no salir de sus casas más que para lo indispensable, pues según “fuentes confiables”, ellos venían a realizar una purga y exterminio de todo lo que huela mal. Cuánto durará el blindaje, eso lo sabremos al paso de los días, por lo pronto, la ayuda externa ya llegó, pronto sabremos quién la gestionó, pronto, más pronto que los resultados. En otros temas, la política y sus posibles aspirantes a cargo de elección popular son el tema cotidiano, por un lado, quienes serán los que buscarán la reelección, ahora que se puede y quienes serán los aventados al ruedo por orden superior. Se barajan muchos nombres, algunos haciendo campaña en el “facebook” y otros cabildeando la real posibilidad tirándole a lo alto, para en una especie de consolación, conformarse con lo de más abajo. Los golpes bajos se dejan ver, unos no son mencionados ni siquiera por sus líderes, otros se regodean de sus influencias allá donde se toman las decisiones, mientras muy pocos hacen labor de proselitismo a escondidas, pues las leyes electorales son duras. Los fantasiosos aspirantes a la Presidencia de la República por la vía independiente, batallan para conseguir las firmas necesarias, (más de 800 mil y de 17 Estados diferentes), tanto que hasta una “App” han contratado para poder cuando menos llegar al 10 por ciento de lo necesario. Las propuestas no existen, nadie tiene idea de para qué quiere llegar a ser, nadie habla de programas que mejoren el entorno, nadie ofrece soluciones a los problemas actuales, pues hablar de inseguridad no reditúa en votos. El tema es el Botox, cuando se necesita usar para dar apariencia juvenil y poder estar en la boleta, como si el producto inyectado diera la posibilidad de pensar, pero como no es así, prefieren basar sus aspiraciones en dos cosas, sus relaciones con el poder supremo y el morral de votos que traen acumulados de anteriores campañas. El ejemplo más patético lo brinda el líder del Congreso Local, Carlos García González, pues cuando propios y extraños le preguntan para qué quiere ser presidente municipal, él sin ambages contesta con prontitud: Es que, ¡YA ME TOCA!

Jorge Alberto Pérez González

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