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OPTIMUS


Jorge Alberto Pérez González

20/08/2017

LA ENCRUCIJADA DEL PRI

Fueron nueve los aspirantes a la dirigencia del PRI en Tamaulipas, sólo pasaron el cedazo tres de ellos, no hubo quejas de parte de quienes llenaron los requisitos pero fueron notificados que por lo pronto sus aspiraciones deben esperar, al menos su inconformidad, si la hubo, no fue consignada por ningún chico malo de la prensa.
Esto, lejos de parecer raro o inusual, no lo es, el PRI es un partido monolítico que sabe lavar la ropa sucia en casa, algo que se estaba perdiendo por el retraso de la tan necesaria convocatoria para relevar a Rafael González Benavidez.
Pero a pesar de toda la mudez de los desechados, los golpes mediáticos continuaron con un depositario claro y con un origen bastante fácil de seguir la huella, la injerencia de extraños al instituto político es muy clara y no hace falta mencionarlos, todos lo saben al interior y al exterior.
Existen pues sólo tres opciones, que a dicho del Delegado Pepe Murat, habrán de intentar llegar unidos a la convención electiva del próximo sábado, algo que no parece muy lejano pues con uno que decline a favor de otro, esto estará definido.
Es decir, la reunión del Consejo Político de la siguiente semana, será, como siempre ha sido, una ratificación de los acuerdos.
Así es la política, nadie puede sentirse sorprendido, la unidad da fortaleza, usted los puede comprobar fácilmente al juntar nueve palillos con una mano e intentar partirlos en dos, sí lo logrará, pero le será más difícil que hacerlo con uno solo.
Muchos no entendieron la presencia de Luis Enrique Arreola en la encerrona con el delegado cuando ya quedaban sólo tres aspirantes validados, pero la respuesta tal vez esté en el legajo de firmas de consejeros que aunque no fueron las 500 que presumió en un video, si deben de ser consideradas para la definición final. ¿O alguien piensa que no funcionan como letra de cambio?
Visto de esa manera, es necesario saber para donde se van las firmas de Sergio Guajardo o las firmas de Oscar Luebbert, para cuando menos hacer contrapeso a los sectores que le brindaron el apoyo a Alejandro Guevara.
Pues sería ilógico pensar que las de Arreola no tienen destinatario desde antes de comenzar a reunirlas.
Así las cosas, aunque son tres los escenarios posibles, sólo quedarán dos con posibilidades reales y esos dos pueden ser cualquiera de los tres, pues todo dependerá de los acuerdos que ellos hagan, de las instrucciones que reciban y de la conciencia, esa incómoda palabra que en los políticos no se nota, pero que no los deja dormir muy a menudo.
Los esfuerzos externos de nada sirven, sólo generarán más encono y bueno sería que se dieran cuenta, de que después de 5 años les cobrarán la factura.
La intermisión deja huella cuando no se sabe hacer, eso no es política, es una actitud deleznable que siempre tiene vuelta y por lo general con mayor fuerza.
Alejandro Guevara tiene el apoyo de tres sectores que sostienen al instituto, pero además tiene en la bolsa las firmas que su compadre se dedicó a conseguir, tiene pues la opción de convencer con argumentos sólidos a cualquiera de los restantes para conseguir la fuerza que lo lleve al liderazgo.
Oscar Luebbert y Sergio Guajardo al tener la mayor cantidad de firmas de consejeros bien pudieran aliarse, pero eso no garantiza que los votos se vayan a donde se fueron las firmas, sin embargo, si es un buen argumento para lograr la unidad.
La política es percepción no realidad y si algo bueno se ha sacado de todo este proceso sucesorio interno, es publicidad, buena o mala, pero es publicidad al fin para unas siglas que muchos piensan que ya están en desahucio, pero que a base de tanto repetirlas se clavan en el subconsciente, que según dicen los expertos, es el que define el voto.
El próximo sábado 26 de agosto, con batucada y abrazos, risas y felicitaciones, en unidad completa termina LA ENCRUCIJADA DEL PRI.

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