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OPTIMUS
Jorge Alberto Pérez González
30/07/2017
En Reynosa y Ciudad Victoria alguien tiene que alzar la voz
En julio 18 del 2011, es decir al inicio de la administración estatal pasada, la situación de inseguridad era sumamente preocupante en Matamoros, escribimos y publicamos lo siguiente:
“A riesgo de parecer monotemático, tenemos que abordar el tema que la sociedad entera en Matamoros soterradamente toca, pues el exilio ya es irrefrenable dadas las circunstancias imposibles para mantener la calma y el sosiego.
La falta de vigilancia policiaca ha desencadenado una serie de atracos que asolan el primer cuadro y la totalidad de la mancha urbana.
Los robos a casa habitación y a negocios son ya tantos que nadie parece dispuesto a soportar más esta ola, adjudicada desde luego a que las estrategias de vigilancia por rondines, solo permite a los delincuentes buscar los vacíos en los horarios, para dejarse caer con todo, en el antiguo oficio del despojo.
De esto no se salva nadie, pues las caravanas de policías y militares son distinguidas a leguas y con un papel y una pluma y un poco de paciencia, es fácil saber a qué horas comienzan, por dónde circulan y hacia dónde se dirigen.
Mientras los embozados sonríen por la ingenua manera de realizar el trabajo para brindar tranquilidad a las familias.
La sociedad se siente engañada, pues nos dijeron que tendríamos mayor seguridad, que saldrían todos los malos elementos y que llegarían nuevos con vocación y espíritu de servicio, pero sobre todo incorruptibles, nada de eso ha pasado.
Falsas promesas que hoy se lamentan, pues el crimen ha crecido, la inseguridad es total y los letreros de SE VENDE se multiplican en todos los rincones.
Los negocios cerrados con llave, aunque estén en funcionamiento, las casas jamás abandonadas, pues la más ligera señal de abandono invita al saqueo.
Los vehículos siendo arrebatados por imberbes facinerosos que al amparo de las drogas someten a mujeres y ancianos para después, con la información del domicilio asentado en la credencial de elector, ir a saquear la vivienda de la infortunada víctima.
Y no hay denuncias por que los bandidos se ostentan como miembros del crimen organizado, atemorizando aún más a los familiares de las víctimas del pillaje.
Por favor que alguien les diga, que además de sus rondines deben de explorar la investigación criminal, deben de tener agentes encubiertos y deben de devolverle a la ciudadanía la confianza en las instituciones de seguridad.
Mientras sigan dando palos de ciego, con sus estrategias alejadas de la “inteligencia”, la ciudad cada día, poco a poco se irá quedando sola.
La crisis es tal, que ya ni líderes auténticos se vislumbran en el panorama. En Matamoros, Tamaulipas la paciencia ya se agotó, alguien tiene que alzar la voz”.
Las cosas no han cambiado mucho, solo cambia el territorio y el campo de batalla, justificar el presente por el pasado reciente no nos hace inteligentes, EN REYNOSA Y CIUDAD VICTORIA ALGUIEN TIENE QUE ALZAR LA VOZ.
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