Mueve los pies; cuida tus venas


26/01/16.-Si cree que porque cada día cumple con una rutina de 30 minutos de ejercicio o más ya está «vacunado» contra los daños que provoca pasar horas seguidas sentado está equivocado.

Para que la prescripción diaria de movimiento esté completa debe aumentar la actividad física a lo largo del día y romper los periodos largos de sedentarismo, explica Verónica Sánchez, médica del deporte del Instituto Nacional de Rehabilitación.

Las pequeñas pausas que se hacen, por lo menos cada hora al ponerse de pie, las caminatas, subir o bajar las escaleras, esa sumatoria de gasto calórico contribuye mucho al control de peso y a la disminución de afecciones provocadas por la inactividad, agrega.

Margot Rivera Garduño, coordinadora de fisioterapia de Médica Sur alerta que permanecer cada día horas ininterrumpidas sin actividad genera en las piernas un problema de circulación, várices y, a largo plazo, riesgo de tromboembolias.
El sistema circulatorio lo podemos dividir en dos: una es la parte arterial, que del corazón lleva la sangre a todos lados, y otra es la parte venosa, que va de afuera hacia adentro, lleva la sangre sucia de regreso al corazón para limpiarla y distribuirla a todo el cuerpo.
Las arterias del corazón se contraen solas, pero las venas dependen de las estructuras de alrededor, sobre todo de los músculos, para hacer que la sangre regrese al corazón y se pueda oxigenar.

En las personas que pasan mucho tiempo sentadas, la sangre se acumula en la parte más distantes al corazón, es decir, los pies.
La especialista recomienda a las personas levantarse por lo menos cada hora y caminar o realizar una actividad donde se recobre el movimiento y se favorezca el retorno venoso de la sangre.

«Si es una persona que trabaja siete horas sentada, se sube al coche y se vuelve a sentar y llega casa a ver televisión, el problema es que es más propenso a tener obesidad y a que el corazón, en dado caso que requiera hacer un esfuerzo, no tenga la resistencia necesaria.

Además recomienda el consumo de agua, el uso de calcetines o medias elásticas, que favorecen la circulación, y poner atención en las posturas del cuerpo.

Y es que, sin importar la edad, al estar mucho tiempo sentado la alineación del cuerpo se afecta, pues otras estructuras no diseñadas para ello comienzan a soportar el peso, señala Evangelina Pérez Chávez, fisiatra de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación del IMSS.

La consecuencia es que habrá contracturas y se acelera el envejecimiento de rodillas y caderas al soportar peso que no le corresponde.

Agencia Reforma

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