Muere niño que fue aplastado por televisor

15/09/2016 – Un menor de apenas tres años de edad y que tenía su domicilio en la colonia Mariano Matamoros, no sobrevivió a las graves lesiones que le resultaron al caerle un televisor en la cabeza, por lo que falleció poco después de su ingreso al Hospital General «Dr. Alfredo Pumarejo Lafaurié».

Ricardo Azael, de apenas tres años de edad, es el nombre al que respondía el menor, trascendiendo que los trágicos hechos que finalmente le costaron la vida ocurrieron en su vivienda de la colonia Mariano Matamoros, en donde el menor fue aplastado por un pesado televisor y una mesita, los que le cayeron en la cabeza y en el tórax.
Fue la madre del menor, la que al verlo que sangraba de la cabeza y que estaba inconsciente, lo subió a su vehículo y lo trasladó en demanda de urgente atención médica al Hospital General, ingresando inmediatamente a urgencias pediátricas, en donde los médicos al revisarlo reportaron su estado de salud como sumamente grave, pues apreciaron que el menor presentaba traumatismo craneoencefálico.

Aparatoso accidente

El pequeño Ricardo Azael sólo pudo sobrevivir cerca de cuatro horas tras de sufrir el aparatoso accidente, por lo que poco después de su ingreso al hospital los médicos confirmaron su muerte, por lo que se dio aviso a las autoridades, acudiendo elementos de la Policía Estatal Investigadora y personal de Servicios Periciales, los que se entrevistaron con la atribulada madre del menor, la señora Miriam Hernández, de 24 años de edad, la que muy apenas pudo señalar que el menor jugaba en el interior de su casa y en un descuido éste tumbó el televisor, el que le cayó encima, provocándole las graves lesiones que finalmente le costaron la existencia.
La mujer acudió a la Unidad General Investigadora número Uno para solicitar la entrega del cuerpo de su niño, el que fue trasladado al SEMEFO local para la autopsia de ley y ayer entregado a sus familiares.
Se pudo conocer que la muerte del menor fue producto de un lamentable accidente, por lo que no hubo delito que perseguir.

Jesús Torres

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