16/04/2016 – Ciudad de México.- A 32 meses de que termine la administración actual, la expectativa de alcanzar una tasa de crecimiento de 5.3% en 2018, se esfuma pese las reformas estructurales.
Precios del petróleo
Los números hablan por sí solos. Para llegar a ese objetivo gubernamental se requería que a partir de 2015 la economía mexicana creciera 4.7% anual, y solo creció 2.5%, y para este año los pronósticos más optimistas no superan el 3%. El sueño de un mayor crecimiento es derrumbado por el desplome en los precios del petróleo, que aún aporta 20% a los ingresos públicos de México, y que ha derivado en recortes al gasto público en medio de un contexto económico global adverso y una tibia recuperación de la economía de Estados Unidos, el principal socio comercial de México.
Reformas estructurales
“Se estima que la implementación de las reformas estructurales incrementará el crecimiento potencial de la economía mexicana de cerca de 3.5% en su nivel inercial a 5.3% hacia el 2018. El crecimiento adicional que se tendría entre 2015 y 2018”, decía en 2013 el Programa Nacional de Financiamiento al Desarrollo (Pronafide). Para este año, el consenso del mercado espera un crecimiento de entre 2.2 a 2.5%. Hacienda en tanto, calcula una media de 3% para los Criterios Generales de Política Económica de 2017, pese a que las expectativas de los analistas se han recortado a 2.8%. “La capacidad productiva de un país es la que da las posibilidades de un determinado crecimiento, (con las reformas) había expectativas de que se generara algo adicional en particular con la energética, pero el precio del petróleo cayó desde los 100 dólares en los que cotizaba, eso hizo que la expectativa no se cumpliera”, explica el economista senior de BBVA Bancomer, Javier Morales.
Desaceleración económica
Desde mediados de 2014 la mezcla mexicana de petróleo ha perdido 67% lo que llevó a la Secretaría de Hacienda a anuciar tres recortes al gasto público. Morales agregó que otro factor en contra ha sido la endeble recuperación de Estados Unidos, uno de los motores para México, que hasta ahora no ha visto importantes tasas de crecimiento. Para este año se espera tan solo 2.2%.
“Estos choques externos negativos, junto con la respuesta de políticas públicas, están detrás de nuestra perspectiva de una desaceleración en la actividad económica”, comentó Capistrán en un reporte. Por lo que la inversión que consigan atraer las reformas estructurales y el crecimiento que consiga Estados Unidos, evitarán que la desaceleración económica de México no sea mayor.
Agencias