‘Mexicanear’: por qué en Argentina significa ‘robar’


05/01/19.-  El periodista Luis Pablo Beauregard revivió una vieja controversia concerniente a los regionalismos del español.

«¿En Argentina mexicanear es sinónimo de robar o es solo una licencia de Martín Caparrós?», escribió en Twitter, junto a la foto de un fragmento del libro Todo por la patria.

Menos de dos horas más tarde, el propio escritor argentino reviró:

«Es una vieja palabra de lunfardo que significa traicionar la confianza de tus cómplices, robarse entre ladrones. Se usa desde principios del siglo XX, mucho antes de que México fuera lo que ahora es».

El lunfardo es una jerga argentina —concretamente de Buenos Aires, aunque su uso se ha extendido al resto del país— surgida de la unión de varias lenguas de migrantes. Era, en esencia, parte del habla popular entre finales del siglo XIX y principios del XX.

En la actualidad, esta variante lingüística es tan importante, que existe la Academia Porteña del Lunfardo, una ONG que se dedica a la investigación del habla, la cultura y el arte de Buenos Aires y otras ciudades argentinas.

El dato.
Una ironía
La palabra ‘lunfardo’ proviene de ‘lombardo’, un término que solía ser sinónimo de ‘ladrón’, porque los lombardos fueron, en el siglo XVIII, usureros y prestamistas, actividades por entonces impopulares.
Volvamos a nuestro asunto.​

El regionalismo en cuestión también acepta la grafía mejicanear. En Sudamérica el término es tan popular que ha sido utilizado en la prensa escrita.

En septiembre de 2018, el diario argentino Clarín tituló una de sus notas de la siguiente manera:

“Se robaban entre ellos, se mejicaneaban la plata”

Caparrós acierta al decir que el uso de la palabra se remonta al siglo XIX. De acuerdo con Óscar Conde —poeta, ensayista e investigador—, el lunfardo surgió «entre 1870 y 1880, cuando empiezan a llegar las primeras tandas de inmigrantes europeos, específicamente de italianos».

En su Diccionario Etimológico del Lunfardo, Conde define mejicanear como:

Asaltar a los contrabandistas, despojándolos de la mercancía.

Traicionar

A mejicano lo recoge como:

Traidor. Dicho del delincuente que se apropia de un botín común.
No obstante, no es posible rastrear temporalmente ninguna de sus definiciones.

Ya sea con x o con j, la palabra no es común más allá de las fronteras sudamericanas. La prueba está en que el Diccionario del Español de México (DEM) no consigna ninguna definición, aunque sí la tiene para mexicanidad, mexicanizar y mexicano.

Martín Caparrós no es el único escritor que ha usado el término en sus textos. Lo hizo también Ricardo Piglia, por ejemplo, en Plata quemada, y el poeta Juan Carlos La Madrid, de cuyo poema Para un ganador del adiós se desprenden estos versos:

Quedó enganchado en el tiempo

con su cartel de mariano;

siempre de arriba las manos

nunca de mejicaneo.

Agencias

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