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Los Juegos del Poder
Maribel Villarreal
19/06/2016
El PAN y los gays
El Partido Revolucionario Institucional decidió heredar el polémico tema de los matrimonios entre personas del mismo sexo a la siguiente legislatura.
Los futuros diputados, con mayoría panista, tendrán que enfrentarse a la siempre dividida opinión que desata la comunidad lesbico gay y el cuestionamiento de sus legítimos derechos.
RAMIRO RAMOS se lavó las manos.
Hace un par de días, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado aseguró que no es un tema prioritario y que lo dejará a la que sigue.
Ramiro ya se va, qué sentido tendría llevar al pleno la controversia.
Sí se aprueba sería criticado y recriminado y sino se echaría encima a un segmento que en la actualidad nada tiene de minoritario.
Serán los panistas quienes tendrán que sortear la tempestad.
A principios de mayo, con motivo del Día Nacional de la Lucha contra la Homofobia, el Presidente ENRIQUE PEÑA NIETO propuso una adición al artículo 4 constitucional para reconocer los «matrimonios gay».
La Iglesia se alzó en plan de lucha. El PAN lo calificó como un «regalo del cielo» en la víspera de la elección del 5 de junio para renovar 12 gubernaturas.
Bien se sabe que se trata de un escabroso asunto que siempre arroja pérdidas en tiempos electorales.
En el análisis de la derrota, los priístas creen que si incidió por qué los curas católicos, desde sus púlpitos, ratificaron y promovieron una postura de rechazo entre la feligresía y por ende hacia el partido en el poder.
En Tamaulipas, el intento lo hizo el año pasado el diputado perredista JORGE VALDEZ quien llevó al pleno la propuesta de matrimonio igualitario.
La bancada priísta, con mayoría absoluta, se mostró indiferente pero la representación panista, con diez diputados, marcó rechazo absoluto.
La postura más extrema corrió a cargo del diputado ÁLVARO BARRIENTOS quien en la misma sesión fue enfrentado por el líder de la comunidad lésbico gay de Victoria, Óscar Montelongo que a gritos le pidió que «saliera del clóset».
Con la iniciativa del presidente en curso, la legalización de las parejas del mismo sexo llegará, inevitablemente, tarde o temprano, al pleno del Congreso y los legisladores panistas tendrán que asumir el costo.
La propuesta presidencial se finca en los derechos humanos y la obligación de darle a este sector las mismas garantías que al resto de los mexicanos.
Los radicales no lo entienden. Rechazan la posibilidad antes del debate.
La comunidad lésbico gay advierte con movilizarse y la Iglesia, con su arrastre social, se mantiene inflexible.
¿Mantendrá el PAN de Tamaulipas la misma postura en contra siendo mayoría o sucumbirá a una intrépida aprobación que lo colocaría en plan antagónico con la influyente estructura clerical con la que ha hecho históricas alianzas?
Si, Ramiro Ramos se lavó las manos y le dejo «el regalo de cielo» al PAN y a su mayoría en la próxima legislatura.