Nuestros Columnistas Locales
Los Juegos del Poder
El repudiado presidente
30/10/2018 – Hace unos días, la BBC compartió un videoreportaje de la vida diaria en Venezuela.
En poco más de cinco minutos, el periodista, Guillermo Olmos expone la miserable cotidianidad en Zulia, un estado rico en petróleo, comercio y ganadería y en donde residen cuatro millones de habitantes en circunstancias difíciles.
Desde Maracaibo, frontera con Colombia, Olmos reportó lo que -dijo- «es una de las peores cosas que me han tocado como periodista y como ser humano».
Con temperaturas superiores a los 30 grados, los apagones son constantes. En ocasiones hasta 10 veces al día y algunos hasta de cuatro o cinco horas consecutivas de duración. El calor es insoportable y los escasos productos comestibles se echan a perder.
Tanta es la necesidad, que los mercados siguen con la venta de pollo y carne podridos y lo peor es que la gente los adquiere y los consume. No hay de otra.
En las imágenes se observan los montículos de desechos de carne y pollo. Pellejos que se venden para mitigar el hambre sin importar los fétidos olores que ya despiden y que inundan los estrechos pasillos de los mercados.
En la morgue, los cadáveres se acumulan sin refrigeración. Explotan rápidamente expuestos a temperatura ambiente. Se llenan de gusanos. Los familiares no tienen recursos para la inhumación y no hay infraestructura para mantenerlos.
«No hay electricidad, no hay mascarillas, no hay cloro, no hay desinfectantes, no hay botas, no hay equipos para meterse a las cámaras; no hay nada», denuncia el encargado a la BBC.
Las puertas de la morgue están siempre abiertas por la falta de luz. La contaminación se extiende poniendo en riesgo la salud pública.
La basura se acumula en las calles. No hay recolección. Le prenden fuego.
Las largas filas se observan en todas partes. Los ciudadanos esperan durante horas para obtener productos de primera necesidad o incluso en las instituciones bancarias para obtener el dinero producto de su trabajo.
Muchas familias duermen afuera de sus casas, hacerlo adentro es insoportable por la falta de energía eléctrica.
Los ciudadanos exponen su realidad con miedo. Algunos desde el anonimato por temor a las represalias del gobierno.
Hace unas semanas surgió a la luz pública un video en el que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro aparece en un restaurante en Turquía, uno de los más caros del mundo comiendo finos cortes de carne y fumando habanos. Fue el chef Salt Bae quien atendió personalmente al mandatario y a su esposa Cilia Flores.
La historia de Venezuela y las excentricidades de Maduro vienen a colación por la polémica invitación que le extendió el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador a la toma de protesta del 1 de diciembre y su confirmada asistencia.
El hecho desató indignación en México y desde las redes sociales se cuestiona la relación del gobierno de la Cuarta Transformación con el dictador venezolano. Ya se organiza una manifestación de protesta.