Treinta años después
14/08/2018 – Uno de los casos policíacos más negros de Matamoros fue el de los «Narcosatánicos» en 1989.
Los hechos se revelaron con la búsqueda del estudiante norteamericano Mark Kilroy que había venido a la ciudad como miles de jóvenes que en aquella época arribaban en vacaciones de Semana Santa. Eran los llamados «Springbreakers».
La historia, que combinaba el narcotráfico y la santería, atrajo la atención mundial. Corresponsales de medios internacionales llegaron a Matamoros para contar todos los detalles del caso que envolvió el asesinato del joven universitario.
Antes de esos hechos, el periodo vacacional de Semana Santa era una larga fiesta en la ciudad.
Las calles de la avenida Álvaro Obregón y del centro histórico recibían miles de estudiantes de Estados Unidos y Canadá. La derrama económica era millonaria.
Desde entonces no se ha recuperado la afluencia de los «springbreakers» que al paso de los años buscaron otros destinos nacionales.
Lo mismo ocurrió con los «Winter Texans». Los vacacionistas de invierno también se ausentaron. Era común observar camiones que a diario llegaban a la zona del mercado Juárez con grupos de turistas que asistían a restaurantes y hacían compras. Era una época de gran movimiento económico.
La crisis de inseguridad que se agudizó en el anterior sexenio acabó por sepultar toda actividad turística incluso el turismo médico. La afluencia de residentes del Valle de Texas atraída por los costos comparativamente más accesibles era permanente.
Hoy, son apenas unos cuantos médicos y dentistas los que mantienen consultorios en la zona cercana al Puente Nuevo.
En un programa que busca impulsar la actividad turística, el ayuntamiento de Matamoros inició hace tres semanas las Callejoneadas en la calle Nueve, habilitada como corredor comercial y de esparcimiento.
Hay venta de productos diversos, restaurantes, música y otras actividades para todas las edades.
En su tercera edición, el alcalde Jesús de la Garza aseguró que Matamoros ha empezado a escribir una nueva historia y que aunado a obras que están en proceso permitirán aumentar el atractivo y el flujo de visitantes.
Destacó que el objetivo es hacer que se distinga la zona centro como un espacio cultural, recreativo, turístico y gastronómico de una manera ordenada.
Hasta ahora, casi treinta años después, Matamoros no ha logrado superar todo lo que se perdió en afluencia turística con aquel trágico suceso.
Y también en la frontera, en Reynosa, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, pusieron en marcha la energizacion del parque eólico que está considerado a ser el más grande de América Latina.
La inversión de los 123 aerogeneradores es de 600 millones de pesos con capacidad de 424 megawatts equivalentes al consumo residencial de todo el estado de Tamaulipas.