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Los Juegos del Poder


Maribel Villarreal

18/02/2018

Voto de castigo

Puede que el candidato ciudadano del PRI tenga capacidades y virtudes, el problema es el partido que lo postula y todo lo que representa.
En el periodo de precampaña José Antonio Meade siguió estancado. Refrendó el tercer lugar en las preferencias. No se fue al cuarto lugar porque nomás hay tres. No motivó, no convenció ni a los priístas y se fue al periodo de silencio electoral sin avances.
Se cuestionó la estrategia, se crucificó a los estrategas y se intentó justificar el fracaso en la grilla interna que rodea al aspirante presidencial. Claro que esos factores también aportan…
No tiene la culpa Meade. Por muy candidato ciudadano, Meade representa el mismo sistema que tiene estancado al país. Representa lo que la mayoría de los mexicanos ya no quieren.
El 2017 México lo cerró con 30 millones de trabajadores en la informalidad y con una alta tasa de desempleo. Las estadísticas de ese mismo año en relación al año previo arrojan un aumento del 23% en homicidios y un 53% más en ejecuciones.
Los poco más de cinco trascurridos años del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto se traducen en inseguridad, precarización del empleo, desempleo, carestía, escasos ingresos, corrupción e impunidad. En campaña prometió bajar las tarifas de energía eléctrica y subieron. Se comprometió a reducir los costos de la gasolina y aumentaron. Dijo que combatiría la inseguridad y la violencia ahoga -sin tregua- a muchas ciudades del país. A unas más a otras mucho más.
La malos resultados en la gestión del presidente Peña fortalecieron a los hoy candidatos opositores. Fue un agregado a la ininterrumpida campaña de 18 años de Andrés Manuel López Obrador y puso en segundo lugar al panista Ricardo Anaya a pesar de su sospechosa historia familiar de enriquecimiento inexplicable.
Lo de la candidatura «ciudadana» de Meade es una vacilada. Está rodeado de los mismos fracasados personajes del sistema y en la remota posibilidad de gobernar lo haría con ellos. El riesgo es una réplica del actual sexenio.
Puede que Meade tenga capacidades y virtudes. Académicamente está calificado. Ha sobrevivido como funcionario a la alternancia política y no tiene señalamientos personales de corrupción pero…
En la percepción ciudadana eso no basta. La tendencia del voto, según los sondeos, es de castigo al PRI por más que se intente convencer de una candidatura ciudadana.

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