Maribel Villarreal
03/10/17
La crisis en el PAN
El Partido Acción Nacional vive una de las peores crisis de su historia reciente.
El muy adelantado destape de aspirantes a la Presidencia de la República y las ansias personales del dirigente Ricardo Anaya han generado una combinación explosiva que no tarda en ceder.
Anaya ha demostrado una enorme capacidad para el engaño y hoy tiene a la gran mayoría de los panistas unidos en su contra.
Ni el experimentado Gustavo Madero imaginó los alcances maquiavélicos de su pupilo cuando lo hizo coordinador de la bancada en la Cámara de Diputados y después presidente del Comité Ejecutivo Nacional.
Tanta fue la decepción del chihuahuense que prefirió solicitar licencia a la diputación federal y refugiarse en el gobierno de Javier Corral donde se desempeña como el influyente jefe del Gabinete.
Con motivo del Primer Informe del Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, Ernesto Cordero vino a Tamaulipas encabezando un grupo de diez senadores.
Declinó meterse a fondo pero en escuetas respuestas a la prensa reconoció el agravio a los panistas por la conformación del Frente Amplio Ciudadano.
No fue el único. El ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, exigió en el mismo escenario que la definición del candidato común con el PRD y Movimiento Ciudadano sea mediante votación abierta a la población.
A la exigencia se unieron Margarita Zavala y perredista Silvano Aureoles que el domingo anterior enviaron una carta a los dirigentes partidistas del Frente para que transparenten la forma de selección del candidato.
La idea de que Anaya pretende quedarse con la nominación presidencial del Frente ya es generalizada.
El llamado joven maravilla no se inmuta. Mantiene en proceso la posibilidad de expulsar del PAN al menos media docena de senadores que están abiertamente en su contra.
Entre ellos el propio Cordero, Roberto Gil y Javier Lozano.
Éste último sorprendió con sus declaraciones -también desde Tamaulipas- a favor de José Antonio Meade.
Calificó al secretario de Hacienda como un político de vasto rigor técnico, políticamente sensible, de gran calidad humana y muy capaz «que sería un buen presidente para México».
Muchos de los actuales liderazgos panistas coincidieron con Meade en el sexenio de Felipe Calderón y comparten la apreciación de Lozano.
Si Anaya se impone en la candidatura presidencial del Frente sería inminente una desbandada de panistas en apoyo a Meade aun cuando éste se convierta en el candidato del PRI en la sucesión de Enrique Peña Nieto.