Nuestros Columnistas Locales


Los Juegos del Poder


Maribel Villarreal

27/12/16

Una buena y una mala

Con la maravillosa novedad que los legisladores, federales y locales, pagarán impuestos a partir del uno de enero de 2017, así empezaremos el año.
Desde siempre, esta especie de políticos se había mantenido intocable. Gozan de fuero y hasta ahora no reportan gastos. Es más, los recursos de las comisiones ordinarias y especiales y los millonarios presupuestos asignados a las bancadas de los diferentes partidos políticos, se ejercen en plena opacidad no obstante a ser dinero público.
Hay que recordar que hace un par de años, en medio de aquel conflicto panista por la coordinación en la Cámara de Senadores trascendieron gastos superfluos en los que Ernesto Cordero incluía hasta “shampoo” para hacer crecer el pelo, chicles y puros.
La medida propuesta por el SAT obliga a los legisladores a pagar impuestos sobre los llamados ingresos extraordinarios.
Deberán pagar por los 45 mil 786 pesos por concepto de asistencia legislativa y los 28 mil 772 por atención ciudad por lo que forzosamente como cualquier mexicano de “a pie” tendrán que comprobar gastos.
En este último concepto los legisladores estarán obligados a la renta de oficinas porque este monto debe ser destinado justamente a este rubro y hay legisladores que no cuentan con representación en sus distritos.
Pero los diputados se resisten. En reunión con representantes del Sistema de Administración Tributaria, dependiente de la Secretaría de Hacienda, los legisladores federales pidieron una amplia explicación del método al que estarán sometidos.
Según el reporte periodístico de El Universal dejaron entrever la posibilidad de flexibilizar la medida; no pagar o por lo menos pagar menos.
La decisión -sin embargo- está tomada y será aplicada a partir del uno de enero próximo.
El oficio correspondiente fue turnado a la Cámara de Diputados el pasado siete de diciembre y en éste se puntualiza que los legisladores están obligados a informar al fisco en qué y cómo ocupan las referidas partidas.
Los integrantes de los Congresos también deberán informar el destino de los recursos que reciben para boletos de avión, gastos de viajes en actividades oficiales, traslados y los viáticos que tengan a su disposición.
Ya no quedará a la discrecionalidad de los legisladores.
En contraparte, la mala noticia del 2017 en Tamaulipas tiene que ver con la asignación de recursos a los partidos políticos.
El Instituto Estatal Electoral de Tamaulipas confirmó un presupuesto de 120 millones de pesos para aquellos partidos que ratificaron posicionamiento con el 3 por ciento de la votación efectiva durante la pasada elección del 5 de junio.
El PAN se queda con más de 44 millones de pesos al haber obtenido la mayor votación, el PRI alcanza casi 34 millones mientras que la sorpresa la dio el Partido Morena que recibirá 10 millones y medio de pesos.
El Partido de la Revolución Democrática y del Trabajo no recibirán financiamiento público.
El Estado gastará 120 millones de pesos en partido a pesar de que no habrá elección el año próximo.

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