José I. Figueroa
20/07/15
Memoria histórica
Los números pueden contarse de muchas maneras, pero la resultante siempre será la misma, aunque existan los amantes de las “cuentas mochas” que a la mitad de la operación gusten sentarse a contemplar, lamentarse y condenar la fatalidad matemática intermedia.
Hablando de números y política el panorama se enturbia más entre tantos cristales mirones.
Vamos viendo algunos botones de muestra.
Ahora que pasó la elección federal a la algarabía priísta por el triunfo en los ocho distritos de mayoría tamaulipecos pronto le salieron los espíritus chocarreros más bien de entre sus filas.
Algunos de los prevaricadores de la derrota en la víspera pronto se alzaron con su “¡Ah pero…!” y escarbaron por aquí y por allá cuestionando la dimensión del triunfo hasta que lo encajaron en nuevos horizontes derroteros.
Son tan malos para hacer cuentas como aquellos que en el otro extremo de la balanza pronto se olvidaron de sus malos augurios y ahora, igual en automático, ven el horizonte total color de rosa como para enterrar el “mea culpa” más allá del túnel de «El Chapo».
De aquellos, decíamos, por ejemplo, en Victoria capital y su V distrito, ganada la elección se fueron a buscar en la casilla donde votaron el Gobernador, el alcalde y el candidato priísta, pero en todas ganó el partido, igual como los opositores perdieron en la suya.
Fueron segmentando la votación y aunque en todos los municipios que compone el distrito ganó el tricolor -excepto en una “truqueada” plaza rural que no pinta en la sumatoria y nadie se atreve a presumir- se quedaron en la cabecera.
Acá también ganó el PRI, “Ah, pero con poca diferencia”, sentenciaron los quejumbrosos y se pusieron a hacer sumas con los demás partidos para dar por hecho que “la siguiente elección local está perdida”.
Si, dentro de la elección federal distrital que se ganó con más de 15 mil votos en el caso de Victoria solo tuvo una diferencia de poco más de cien votos.
¿Yyyy?
En la elección federal anterior -que fue presidencial y representa más de diez puntos porcentuales arriba en número de votantes- igual ganó el PRI a nivel distrital con 17 mil 500 votos sobre su principal oponente -en esa ocasión el PAN- y en la cabecera distrital la votación que obtuvo fue del 37 por ciento, exactamente igual a la de este año.
También de la elección federal del 2 mil 12 a la local del 2 mil 13, el PRI volvió a ganar las elecciones de los distritos de Victoria y la del ayuntamiento en la cabecera distrital.
Sumar los 8 mil 450 votos que sacó este año el PAN con los 49 mil 792 del Movimiento Ciudadano en Victoria para dibujar una hipotética derrota del PRI en la elección local venidera -como pretenden algunos- tampoco resulta cuadrada.
Resulta más viable -si se quiere andar en esos campos- sumar los 45 mil 979 votos tricolores a los 6 mil 104 del Partido Nueva Alianza y los 2 mil 549 del Partido Verde Ecologista, que esta coalición si se encuentra sólidamente perfilada.
GUSTAVO CÁRDENAS GUTIÉRREZ brincó del PAN al Movimiento Ciudadano por marcadas diferencias con las estructuras de mando del partido azul que no se han limado, sino todo lo contrario.
Con él se llevó los votos panistas victorenses: de 40 mil 350 en el 2 mil 12 el PAN pasó a 29 mil 899 al año siguiente y para la elección federal de este año se quedó con solo 8 mil 450 sufragios contabilizados aquí para su candidato.