José I. Figueroa
28/05/15
¿A poco sí?
Lo hemos comentado en otras ocasiones: en tiempos de campaña y especialmente en la recta final de éstas, como es el caso, hay que escuchar fríamente las expresiones de los actores políticos.
Los diputados locales panistas pretendieron hacer escándalo “retirándose” de la mesa plural para la reforma política, en la que participan legisladores de todos los partidos con asiento en la Cámara, negándole vigencia.
Dependiendo de a quien se le pregunte de ellos -los diputados panistas- cada cual traerá sus “mejores argumentos”.
Unos confesaron que fue porque no se dejó en el 3 por ciento el porcentaje mínimo para mantener registro y escaños de partido; otros declararon que porque no se unificaron las tres elecciones para empatarlas en el 2 mil 18 con las federales y algún otro aseguró que “porque se dejó fuera el interés ciudadano”.
Recapitulando, el tema del 3 por ciento ya fue dirimido por la Suprema Corte y negó derecho antes a quien pretendió imponerlo a chaleco.
A la pregunta de ¿Por qué nada más la elección de alcalde? Resultaría en automático otra pregunta ¿por qué no?
El mandato federal ordena empatar una en el 2 mil 18 y ese argumento de los panistas de que no empatan la de diputados porque quieren prolongar el control del Congreso Local a favor del Ejecutivo es una muy desafortunada confesión de derrota harto anticipada.
Desde ahora están dando por hecho que los priístas van a ganar la mayoría -¿son partidarios del carro completo en contra?- de los escaños de mayoría en el Congreso Local y hasta la gubernatura el año entrante.
Por eso estaría pretendiendo que la elección de diputados locales se repitiera en el 2 mil 18 “para poder ganar ellos la mayoría y convertirse en contrapeso del Ejecutivo estatal priísta” se estaría leyendo de aquellas declaraciones.
Pero hasta en eso yerran, porque las elecciones federales que ganaron en el Estado fue producto de las inercias derivantes de la escena nacional, cuando los mexicanos les concedieron la oportunidad de protagonizar un cambio para bien, pero la desaprovecharon, así que no hay más triunfos en automático, con malos candidatos y sin hacer campaña como pretendiera.
Y de los ahorros con la celebración de las elecciones locales en la misma fecha que las federales ya se ha ventilado hasta la saciedad como con el avance que ya se ha dado en esta materia por otras entidades igual los gastos del INE han seguido a la alza sin menguar los de los estados en ello.
Nada de lo que se está dando es algo que no se hubiera previsto y en este mismo espacio perfilamos con sobrada anticipación el inminente choque cuando los temas en discusión anduvieran en la polaridad extrema de ideologías e intereses partidistas.
Tampoco será sorpresa que distintos actores políticos del Estado empiecen a pasar del “veremos…” al “definitivamente sí…” respecto de su eventual participación en las elecciones locales del año entrante.
El propio presidente del Congreso Local RAMIRO RAMOS SALINAS ayer sorprendió al que quiso sorprenderse, con su confesión pública de que buscará una candidatura para el siguiente proceso local electoral.
Era algo que ya muchos veían venir a la luz del intenso ajetreo de su ejercicio legislativo en el que de manera permanente ha mantenido presencia por los distintos rumbos de la entidad en los que periódicamente ha sostenido reuniones con las más variadas representaciones sectoriales.