La raza fifí nice
8/10/2018 – Y usted, ¿nació rico… o es pobre de abolengo?
En la frontera era común espulgar en los árboles genealógicos de las “familias pudientes”, para encontrar la fuente de tales opulencias: algún “viejo bandido” tuvo que haber en el antecedente, decían esas “lógicas”.
Luego resultó que el motor de las fortunas desbordadas se estaban haciendo al amparo del poder y muchos empresarios se hicieron a la política, inhibiendo ese instrumento de la movilidad social.
El traslado de los haberes públicos y las prerrogativas del poder a los individuos y las familias que lo ejercen, pretende imponer una nueva sociedad de castas.
La expresión de la ex senadora panista MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO, reclamándole al presidente electo ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, el derecho a ejercer la calidad de “fifí” en primer plano tiene esa connotación clasista.
Ya que si el escándalo se enmarca, en algún apartado, sobre la disputa por la dirigencia nacional panista, en la que los parientes “neofifís” de la ex senadora -la ex pareja presidencial FELIPE CALDERÓN y MARGARITA ZAVALA- apuntalan a MARKO CORTEZ y los adversarios se le van a cuello, eso es otra historia.
En el orden general lo trascendente, incluso más que la mentalidad de superioridad y dominio de quienes han acumulado riqueza y privilegios, es que lo hayan hecho no como producto de su preparación, inteligencia y trabajo, sino a partir de coyunturas, sin escrúpulos y en detrimento de calidad de vida del grueso de los mexicanos.
El dinero público que no se invirtió y sigue sin invertirse en la infraestructura y los satisfactores sociales, como el producto de las simulaciones y complicidades que animan el delito y la inestabilidad social que nos agobia, son el origen de los añejos y los nuevos empobrecimientos.
El viejo Fifí, amigo de Pluto, el perro de Mickey en la tira cómica de Disney, o el más reciente Fifí -de la misma productora cinematográfica-, “proyecto 007” en la serie Lilo & Stitch, no distan mayormente de la tragicomedia política mexicana.
Entre los nostálgicos hacendados de principios del siglo pasado, que fundaron el PAN para recuperar los privilegios arrebatados por los usufructuarios del bono de la Revolución Mexicana y los neopanistas, accesando al poder para prolongar privilegios.
La perra de raza o el perro de ocasión, no son consuelo de nadie, como no sea de la autora de las comparaciones y algunos de sus congéneres.
La expresión de “Fifí” del PEJE Presidente podía interpretarse en el modo peyorativo y más vale que así sea, porque si tras tantos años de lucha resulta que su intención de acceder al poder, se reducen a la idea de escalar en la sociedad de castas, más pobre la condición de nuestro pueblo.
A ras del suelo no hay pleito entre pares; igual los nuevos pobres, que los de abolengo.
Esto y aquello, por supuesto, le viene importando poco a los “representantes populares” que mandamos al Congreso de la Unión con nuestro voto el pasado el uno de julio.
Las mentadas medidas de austeridad no impedirán que en diciembre se embolsen cada uno de los 500 diputados federales la friolera de 209 mil pesos: 104 millones de pesos de nuestros impuestos para que pasen unas “felices fiestas”.
Vinieron a presumirnos que ya no tendrán seguros de vida, gastos médicos mayores, choferes, celulares y “viajes de lujo”, faltaba más.
El sueldo, “es de sólo 75 mil pesos mensuales”, nos dijeron compungidos, con todo y lo mucho que sigue siendo para cualquier mortal asalariado o de micro a mediano empresario que no alcanza tales utilidades y por estos días hasta su patrimonio anda gastando, el que no ha cerrado por la ausencia del circulante que sigue engordando las cuentas personales de gobernantes.
Eso es menos, casi la mitad de lo que significaba con las otras “prestaciones” que se les quitaron, lamentaron o presumieron.