LOS HECHOS

José Inés Figueroa Vitela

29/07/2018

Asimetrías políticas

Si en un año se mantienen los escenarios y estrategias que dieron pie al saldo electoral del pasado uno de julio, del inminente proceso local electoral resultarían electos 18 diputados locales de mayoría y cuatro MORENA.
Trasladando la votación validada en la elección de ayuntamientos, que es la más directa en la influencia de los electores y dejando de lado las inercias provocadas por la elección superior presidencial de este año, además, se concluiría que el PAN alcanzaría cuatro escaños de representación proporcional, cinco el PRI y cinco MORENA.
Así, la siguiente legislatura local -de dos años-, estaría integrada por 22 diputados panistas, nueve de MORENA y cinco priístas.
Por supuesto, en un año pueden pasar muchas cosas ¿de qué dependen?: de los actores políticos en la jornada.
Reducido a la tercera fuerza política en la entidad, en el aquí y ahora, el PRI aparece como el partido bisagra.
Puede intentar reconstruirse para ir a la reconquista de los espacios perdidos, puede institucionalmente hacer al partido en el poder estatal -PAN- o en el nacional -MORENA- o puede quedarse al garete, como institución, y ensanchar las puertas para que militantes y estructuras prolonguen la migración hacia esas dos opciones, consolidando las eufemísticas concepciones del PRIAN, o ahora el PRIMOR.
Por la primera opción, ya hay quienes pican piedra en la capital del país apurando al inicio del proceso para la renovación de la dirigencia estatal, actualmente en manos de SERGIO GUAJARDO MALDONADO.
El persistente aspirante, ROBERTO GONZÁLEZ BARBA ya reivindicó intenciones y hasta “destapó” una lista de contendientes, entre quienes incluyó a los diputados locales ALEJANDRO ETIENNE, MÓNICA GONZÁLEZ y CARLOS MORRIS, además de ENRIQUE CÁRDENAS DEL AVELLANO.
Sacó de la lista de la última competencia a HERIBERTO RUIZ TIJERINA, quien desde entonces se fletó al PAN, cobra como asesor en el ayuntamiento neolaredense y operó para ese partido en la reciente elección, en Victoria capital.
Y aunque OSCAR LUEBBERT y EDGARDO MELHEM no han dicho “esta boca es mía” respecto de esta elección interna, en los corrillos partidistas los dan como eventuales contendientes, además de la aún diputada federal MONSERRAT ARCOS.
El proceso estatal presuntamente estaba supeditado al destino del dirigente nacional, RENÉ JUÁREZ CISNEROS, quien ya dejó la estafeta en CLAUDIA RUIZ MASSIEU, pero a nivel central aparte de la marginación histórica al tema Tamaulipas, andan ocupados en ver el destino del partido en cuanto se entregue el sexenio en dos meses más.
“Por eso, si no está Tamaulipas en su agenda, déjenos a nosotros resolver el relevo en el partido”, dicen han dicho en México capital los paisanos buscando se dé “a la de ya” la reestructuración estatal.
El planteamiento es que el nacional mande un delegado a hacerse cargo de la presidencia, nombre una secretaria y convoquen a Consejo Político estatal, primero para definir el método y enseguida, para consumar la elección misma, cumplidos los plazos de ley.
La vacuna para que la renovación de la dirigencia partidista no se convierta en una disputa temprana por las candidaturas mediatas, es que se establezca de origen: quienes integren el comité no tendrán derecho a participar como candidatos en su ejercicio que iría hasta la sucesión estatal misma.
En espera de la consumación de tales eventualidades, muchos actores políticos permanecen sobre la barda para definir el destino de su participación futura.
Solo como ejemplo, hubo quienes dieron por hecho la renuncia de AMBROSIO RAMÍREZ a la dirigencia del PRI victorense, para irse a enlistar en las filas de MORENA: no es algo que haya decidido o vaya a hacerlo en el corto plazo, nos confió el aludido.

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