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LOS HECHOS
José I. Figueroa
02/11/17
El retorno de Saleh Perales
Hubo un tiempo en que los cargos dentro de la estructura electoral se los repartían los partidos políticos, en función de la representatividad de cada uno de ellos, por los acuerdos y coyunturas de temporada, a nivel doméstico.
Ese era un secreto a voces.
Esa regla no escrita, en la que por supuesto, se guardaron las formas para tampoco trasladar funcionarios gubernamentales y partidistas a los cargos “ciudadanos”, terminó cuando se centralizaron las designaciones del andamiaje estatal electoral, atrayendo tales potestades el Consejo General del INE y el Senado de la República.
El renovado status quo “se estrenó”, con la invalidación del cargo asignado a LUIS ALBERTO SALEH PERALES, como magistrado del Tribunal Electoral de Tamaulipas, por mandato del TRIFE, frente a la impugnación de un tercero.
El inciso “k” del 115 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales marca dentro de los requisitos para ser magistrado, “no desempeñar ni haber desempeñado cargo de dirección nacional, estatal, distrital o municipal en algún partido político en los seis años inmediatos anteriores a la designación” y SALEH había estado en el Comité Estatal panista.
Apenas cinco meses duró en la magistratura el hombre y luego se abrió un largo periodo, de un año, que pretendió ser el proceso de transición en el nuevo orden institucional y su relación con la estructura electoral.
El siete de abril del 2 mil 16 se salió SALEH y el 26 de abril, de este año, fue designado su relevo, RENÉ OSIRIS SÁNCHEZ RIVAS, quien, hecho presidente, ahora “le devuelve la copa”, nombrándolo secretario general del Tribunal.
Hoy lo que aplica es la Ley de Medios de Impugnación Electorales de Tamaulipas, que en el IV del 105 advierte para el cargo “no ser o haber sido dirigente nacional, estatal o municipal de algún partido político, en los últimos 3 años”, bien librado.
“Es un profesionista bien preparado, especializado en la legislación electoral, de los que no hay muchos -que conozca- y lo vamos a aprovechar”, dice éste de aquél, bordando en el amplio abanico de responsabilidades de la Secretaría General, sobre las que luego abundaremos.
El nuevo presidente del Tribunal Electoral, ya había fijado su residencia en Victoria capital, donde fue consejero estatal y consejero presidente municipal, se había inscrito como candidato a magistrado, como antes había competido por consejerías del INE, sin éxito.
Hasta la cuarta llamada, aquel 25 de abril, le contestó al Senado -porque desconocía el número- y en primera instancia dudó del mensaje: debía presentarse al día siguiente para rendir protesta como nuevo magistrado del Tribunal Electoral de Tamaulipas.
Llamó entonces al número remitente y le contestaron en el conmutador de la Cámara Alta, enfilándose al llamado de su nueva historia.
Seis meses después de haber sido electo magistrado, ahora tampoco acaba de digerir la elección, que la semana pasada hicieron sus compañeros consejeros, para él presidir el pleno y liderar la administración del Tribunal.
En principio, viene para concluir el periodo para el que fue electo SALEH y se cumple en noviembre del año próximo.