José I. Figueroa
24/01/17
EL NEGOCIO DE LA POLÍTICA
En estos tiempos de crisis económica, de inseguridad e impunidad, el único negocio que aparece viable, es el de la política.
Quienes frente a la ausencia de oportunidades han optado por hacer uso de su patrimonio, o hasta de endeudarse para poner un negocio, en el más de los casos han fracasado, porque no hay clientes suficientes para sostenerlo -derivado de la misma crisis- o porque, el acoso de la inseguridad ha inhibido su incipiente despegue.
En ese caso igual se encontrarán muchas otras empresas comerciales consolidadas.
Pero haciendo cuentas, un nuevo filón de oportunidad ha entusiasmado a algunos, aunque el tiempo apremia.
Para obtener una “franquicia” de nuevo partido político -local-, lo único que exige la legislación es lograr la adhesión de 7 mil ciudadanos, repartidos, al menos, en la mitad del territorio estatal, lo que se antoja nada extraordinario.
Con ese mérito, la misma legislación considera el pago de prerrogativas estatales por el orden de los 300 mil pesos mensuales para gastos ordinarios, además de una bolsa de entre 5 y 6 millones de pesos para campañas, en una jornada electoral, como la que habrá el año entrante.
Y de ahí para arriba, en función de los acuerdos que puedan trabar con otros institutos políticos constituidos, con entes públicos y/o con personajes dotados de recursos propios y aspiraciones políticas, por no meter a las hipotéticas cuotas de los agremiados, no muy comunes.
Es un piso que resultará atractivo para tantos y tantos personajes y agrupaciones que hoy sufren “las de Caín” por encontrar oficios y beneficios.
Tienen hasta finales de mes -una semana más- para avisar a la autoridad electoral de trabajar en ese destino, y enseguida agendar las asambleas, celebrarlas y entregar la documentación para su respectiva validación institucional.
De manera discreta ya hay varios frentes trabajando en ese destino, acaso el más aventajado, uno empatado con otro partido político local asentado en el estado de Coahuila, donde ha trabajado con personajes reconocidos con quienes han ido haciendo cuenta grande, de la mano de la clase política tradicional de allá mismo.
Claro, no se compararán con el PAN, que en Tamaulipas, al haber pasado a ser la primera fuerza política tras la última elección local, a partir de este año, ve incrementadas sus prerrogativas ordinarias mensuales de 2.8 millones de pesos mensuales, a más de 3 millones 700 mil pesos.
A la inversa, el PRI que andaba en los 3 millones y medio de pesos, perdida su supremacía, este año sólo recibirá 2 millones 829 mil pesos mensuales, sin considerar el pago de la multa que le impuso el Instituto Nacional Electoral, dejándole la mita de tales ministraciones, hasta el mes próximo, cuando le descuentan el último de los “abonos”.
Como quiera son cifras que animaron a varios de los aspirantes a quedarse con la presidencia del comité directivo estatal tricolor, los más de los cuales ya claudicaron, enterados de los intereses superiores trascendentes en el relevo partidista.